Tres de Febrero. Patético: instalan un microbasural frente a la Escuela 36, en el barrio Churruca. ¿Educando en valores?

Microbasural en la esquina de la plaza Churruca, de Tucumán e Iguazú. Frente a la Escuela 36. Foto: Edgardo Onischuk, para miperiodico.

Barrio Churruca, Tres de Febrero, Buenos Aires, Argentina, 8 agto. 2022 (Mi Periódico).- Así se veía esta mañana la esquina de la plaza Churruca, frente a la Escuela 36, inundada de residuos de todo tipo. Y encima, en vez de erradicar el microbasural, la municipalidad no tuvo mejor idea que colocar un batea abierta para habilitar el vuelco de desperdicios a cielo abierto, que expresamente prohibe la legislación ambiental.

¿Así se avanza en Tres de Febrero? ¿Así se mejoran los barrios? ¿Cómo ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace, entre los valores proclamados y la conducta concreta?

Sin duda, la escuela es concebida como institución socializadora ya que en ella se transmiten pautas sociales y valores que ayudarán al alumno a vivir en grupo e integrarse posteriormente a la sociedad respetando sus normas, leyes y valores. Por lo tanto, desde la escuela se está socializando a los alumnos, entendiendo la socialización como el proceso mediante el cual se ayuda al niño a convertirse en miembro adulto, activo y responsable dentro de la sociedad en la que se desenvuelve. La socialización es un proceso continuo y gradual. Mientras el niño se educa, se socializa.

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Los valores son las normas de conducta y actitudes para un buen comportamiento. Hay valores fundamentales que todas las personas deben asumir para poder convivir unos con otros, por lo que es imperativo tenerlos siempre presentes y cumplirlos sin perjudicar a nadie.

Educar con el ejemplo no es la mejor manera de educar, es la única, decía Albert Einstein. Únicamente por la educación el hombre puede llegar a ser hombre.

Cuando hablamos de educación, el ejemplo lo es todo. Ni las palabras, ni las normas, ni mucho menos los castigos. Nada influye tanto en el aprendizaje y el desarrollo de un niño como los modelos y las referencias que tiene a su alrededor.

Desafortunadamente, también es una lección olvidada con frecuencia. Parece que las autoridades municipales se olvidan que tienen el deber de demostrar que están dispuestos a reducir la brecha invisible entre proclamación de valores y su aplicación. Entre lo que se dice y lo que se hace, contribuyendo de esa manera al proceso de socialización escolar.

Y justamente ese deber los obliga a terminar con el doble discurso, y erradicar de manera inmediata ese microbasural que han instalado frente a instituto educativo, y trabajar en la concientización colectiva con el fin de mejorar la calidad de vida y promover el cuidado del medioambiente barrial.

En un informe de la Coordinación Ejecutiva de Derechos Urbanos, Ambiente y Espacio Público titulado “Basura Cero: Combustión, Inclusión y Cuidado Ambiental” de la Defensoría del Pueblo, aseguraron que en la ciudad “cualquier contenedor de residuos domiciliarios es sospechoso de ser un depósito de residuos peligrosos”. Precisaron que “allí conviven restos de medicamentos, escombros, pilas usadas, plásticos con retardantes de fuego, residuos electrónicos, papeles y cartones, metales no ferrosos, vidrios, restos de poda y jardín. Nadie controle qué tipo de residuos se vuelcan en esa gigantesca batea.

Incluso, la falta de recolección diaria de los residuos que se depositan en esa batea abierta bloquea la visión de peatones y conductores a la hora de cruzar la calle, genera olores y se desborda, convirtiendo el lugar en un gigantescco basural.

Y todo eso pasa en la esquina de una plaza, frente a una escuela, y a pesar de que puntualmente la ley ambiental provincial lo prohibe taxativamente.

Las autoridades tienen el deber de impedir y erradicar esa microbasural ilegal.

Si bien, los residuos domiciliarios es una responsabilidad de todos los integrantes de la sociedad, pero sin la intervención adecuada del Estado sería injusto culpar a los vecinos de convertir las calles de la ciudad en un basural.

Recordemos que sobre finales del mes de julio la Organización de las Naciones Unidas reiteró, en uan resolución histórica, en donde avaló qu eel derecho almedio ambiente sea reconocido a nivel mundial, que “todos los Estados tienen la obligación de respetar, proteger y promover los derechos humanos incluido el derecho al medioambiente. La resolución fue aprobada por 161 votos a favor, 8 abstenciones (Chinam, Rusia, Bielorrusia, Camboya, Irán, Kirgusitán, Siria y Etiopía), y ninguna en contra.

Pero parece que algunos funcionarios municipales todavía no se enteraron.

Habilitar el vuelco de desperdicios frente a la Escuela 36, en la esquina de la plaza Churruca, más allá de ser ilegal, es lisa y llanamente una aberración que demuestra el fracaso de las autoridades a la hora de educar y hacer cumplir las normas ambientales. Un ataque al proceso educativo de los niños, y a la seguridad barrial.

El objetivo de todos, ahora, debe ser convertir ese espacio en lugar agradable y amigable para la socialización. Transformando el entorno urbano para convertir ese no-lugar en un espacio vivo y atractivo.