Se filtró un segundo audio de Vallejos: “A este Gobierno hay que relanzarlo, fracasó”

En un segundo audio, más corto, la diputada del Frente de Todos, arremete nuevamente contra Alberto Fernández. “Cristina es la dueña de los votos”, dijo.

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, 16 SEP. 2021 — En las trincheras del albertismo retumba la palabra “traición”. Wado de Pedro desató una cascada de renuncias que llegaron a los medios de comunicación antes que al despacho presidencial.

En el manual del kirchnerismo eso constituye una declaración de guerra: así se lo habían hecho saber a Martín Guzmán en mayo, cuando quiso echar a través del periodismo al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo.

Como nunca antes en dos años de gobierno, el Presidente se plantó. A la discusión en privado le siguieron las presiones públicas. El Gobierno se desayunó con las renuncias en bloque del gabinete de Santa Cruz y de Buenos Aires, los dos territorios donde Cristina ejerce sin limitaciones su voluntad (en la Provincia finalmente Axel Kicillof no le aceptó a nadie la dimisión). Fernández se arriesgó a un ejercicio de desobediencia: reivindicó a Guzmán en un acto en la Casa Rosada y le cedió la palabra para que diera un discurso amablemente desafiante, en el que dijo que todas las medidas que tomó contaban con el respaldo de Cristina, Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa.

El sacudón puso a Fernández ante una encrucijada sin retorno. Se rinde y entrega los últimos jirones de su autoridad presidencial o se sumerge a la dimensión desconocida de gobernar sin el kirchnerismo, en un estado de minoría angustiante.

Con el correr de las horas empezaron a llegar apoyos de gobernadores, diputados, intendentes y sindicalistas. La sangría de renuncias se detuvo, en un impasse dramático. ¿Cuánto más podrá demorar una definición?, es la incógnita en los sectores de poder.

Cristina Kirchner nunca imaginó que justo ahora su criatura presidencial fuera a empacarse. En su entorno, consideran que Fernández debe “allanarse”. Lo culpan de llenar el gabinete de amigos sin capacidad de conducción política (apuntan sobre todo pero no únicamente a Santiago Cafiero) y de validar el ajuste del gasto que promovió Guzmán en su camino por pactar con el FMI. El impactante audio de la diputada Fernanda Vallejos, en el que trata al Presidente de “enfermo”, “mequetrefe” y “okupa”, retrata la virulencia que condimenta el desacuerdo.

“A este gobierno hay que relanzarlo, fracasó”, esta es la evaluación que la diputada del Frente de Todos, Fernanda Vallejos, realiza en un segundo escandaloso audio que se viralizó en medio de la crisis política que atraviesa la coalición gobernante.

En el primer audio, de 11 minutos, la economista califica de “enfermo”, “ocupa”, “mequetrefe” y “payaso” al Presidente.

Ahora, en una grabación de poco más de tres minutos. La legisladora hace su propio balance de la derrota eleccionaria del domingo en las PASO.

“A ver, ¿qué vamos a hacer? ¿Nos ponemos en pelotas frente a la Casa Rosada y bailamos un malambo a Alberto? A este Gobierno hay que relanzarlo. Ya fue, fracasó. Ya está. Gestionaron la pandemia y ahora hay que dar vuelta la página y empezar un Gobierno nuevo, como ocurriría en un Gobierno de coalición institucionalizada y tenemos que lamentar tal vez el no haber institucionalizado mecanismos claros para dirimir los conflictos que se pudiera generar”, indicó.

Vallejos volvió a criticar a Alberto Fernández, al que esta vez calificó de “inquilino”. “Se colgó la banda, agarró el bastón, pero está claro que es un inquilino, ¿no entiende que es un inquilino?”, expresó la economista.

“La dueña de los votos, la dueña de la legitimidad, la dueña del apoyo popular, la dueña de la base de sustentación de este Gobierno y la que lo sentó ahí es Cristina y detrás de Cristina todos los que sostuvimos con nuestro voto, con nuestra presencia, con nuestra defensa, con lo más y lo menos que cada uno y cada uno tiene para aportar”, continuó.

“Él si fuera compañero tendría que sentarse con Cristina y decir ‘¿qué hacemos?’. Y actuar en consecuencia de lo que se resuelva. Teniendo claro que allí hay una voz que tiene un peso y una legitimidad que no tiene nadie más”, agregó.

La opción de que todo vuelva a fojas cero con un acuerdo en el que todo el gabinete siga en sus cargos suena a cuento fantástico. ¿Puede De Pedro mantenerse en el Gobierno después de encabezar el virtual motín contra el Presidente? Parece muy improbable. También que Cristina, después de semejante asedio, acepte dejar a su gente en la administración si Fernández no entrega a Cafiero, Guzmán o alguna cabeza de alto valor. Un canje costosísimo para ella, pero cualquier otra cosa implicaría asumir una derrota adicional a la que le propinaron las urnas. Tienen que sentarse a negociar, claman desde despachos relevantes del Congreso, desde las gobernaciones oficialistas y la CGT.

A Fernández un grupo de sus fieles le recomendó, en cambio, ir por otro camino: aceptar todas las renuncias presentadas por los kirchneristas, formar un nuevo gobierno de tinte peronista clásico y tratar de recomponer su autoridad desde allí, con soporte institucional de gobernadores, intendentes y gremios. Acaso con un acuerdo (improbable con ojos de hoy) con la oposición. El viejo sueño trunco del albertismo. Es un sendero riesgoso que en la práctica implicaría convertir en ficción definitiva el Frente de Todos. ¿Qué haría Cristina en ese caso? ¿Se acomodaría en la hipocresía o avanzaría hacia la ruptura, con una separación de bloques legislativos y una política de resistencia para proteger su tan preciado “capital simbólico”?

Sin embargo, existían hasta el miércoles a la mañana muchas razones para pensar que en noviembre el Gobierno podía mejorar. Acaso no para ganar, pero sí al menos para acercarse a Juntos por el Cambio y retener la mayoría absoluta en el Senado. La propia oposición lo admitía. Hubo bajísima participación en distritos peronistas, como Chaco, San Luis o La Pampa, en los que una movilización mayor del aparato oficialista podría torcer el resultado. Un análisis en frío de los errores de la campaña podía insuflar otra energía al oficialismo. Está a la mano el ejemplo de Macri en 2019 después de unas PASO famélicas. Se podía contar con una mejora de la situación sanitaria y de un efecto en el consumo de las políticas alentadas desde el Gobierno. La oposición se benefició el domingo con internas muy competitivas en casi todos los distritos, que explican en buena medida su gran desempeño.

Según el cronograma presidencial hay que retomar la gestión, enfriar el clima, disipar en el corto plazo el clima de renuncias y comunicados internos.

Los compañeros sean unidos, recitaría un Martín Fierro peronista, Apartarse de la ley primera en días de tristeza y bronca es un error que damnifica al conjunto. También, a su modo, un desaire a la gente común que reclama mejoras, medidas, cambios de rumbo.

Con información de Ámbito, La Nación y Página 12.