El debate de la ira: los ataques personales dominaron la primera ronda entre Trump y Biden

EE. UU., 30 SEP 2020 – En uno de los más caóticos debates que se recuerde y cinco semanas antes de las elecciones presidenciales, Donald Trump y Joe Biden se enfrascaron en una discusión llena de interrupciones y acusaciones que impidieron el desarrollo de ideas y propuestas de fondo. El manejo de la pandemia, la recuperación de la economía y el escándalo sobre los impuestos del magnate tejieron un duelo más personal que político.

Fue el debate presidencial más caótico en la historia reciente de Estados Unidos. En el primer cara a cara de 2020 rumbo a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump interrumpió de manera constante tanto a su rival en las urnas, Joe Biden, como al moderador Chris Wallace. Una situación que se extendió durante los más de 90 minutos que duró la discusión y que restó protagonismo a las ideas frente a cada uno de los temas abordados.

Biden se mostró abrumado ante la voz de Trump, que cubría sus intervenciones, a lo que el exvicepresidente respondió “cállate, hombre”. Con el paso de los minutos el tono de ambos aspirantes subió.

Después de que Biden acusara a Trump de faltarle el respeto al Ejército, refiriéndose a un informe de este mes donde se sostuvo que el magnate se había expresado en privado a los soldados estadounidenses muertos en combate como “perdedores” y “tontos”, el mandatario arremetió contra los hijos del demócrata, en uno de los momentos más amargos y emotivos de la noche.

Biden llamó a Trump “mentiroso”, “payaso” y “el peor presidente de la historia” de Estados Unidos, mientras que Trump aseguró que él ha hecho más por su país en tres años y medio de Gobierno que Biden con más de 40 años en la política.Trump y Biden se enfrentaron en su primer debate presidencial

“Todo lo que ha dicho hasta ahora es simplemente una mentira. No estoy aquí para resaltar sus mentiras, todos saben que es un mentiroso”, dijo Biden.

Posteriormente, Trump le pidió a Biden que no se atreviera a referirse a hablar de inteligencia. “Usted se graduó último en su clase, no el primero en su clase”, le dijo el mandatario, retratando con fidelidad la altura del debate.

La pandemia del coronavirus, una trinchera más 

Ni siquiera la pandemia de Covid-19, que tiene a EE.UU. como el país más afectado del mundo, hizo que los candidatos dejaran a un lado las interrupciones y las acusaciones personales para pasar a un plano solemne, cuando en ese país han muerto más de 205.000 personas a causa del virus. 

Fue Biden quien destacó las cifras de contagios (más de siete millones) y de víctimas mortales para enrostrarle al presidente que “no tiene ningún plan” frente a la pandemia, lo invitó a “salir de su búnker” e ir “en carrito de golf” a la Casa Blanca a idear un plan para salvar a la gente. Biden destacó que ha sido “irresponsable la forma en la que (Trump) ha manejado el distanciamiento social y la gente con mascarillas, básicamente animándoles a no hacerlo”. 

Son varios y conocidos los titubeos de Donald Trump frente al uso del tapabocas y el distanciamiento social, que contradicen a los expertos que lo aconsejan. Tanto, que el uso de la mascarilla se convirtió en un mensaje político: republicanos que no las llevan, demócratas que las exigen. 

Fiel a su estilo, el magnate respondió que su Gobierno ha hecho “un trabajo fenomenal” en cuanto a la gestión de la pandemia y le dijo a su oponente: “Te diré Joe, nunca podrías haber hecho el trabajo que hicimos. No lo tienes en la sangre”.

El presidente se refirió a lo que la humanidad entera lleva esperando por meses: “faltan semanas para la vacuna”, prometió Trump en una afirmación sin pruebas ni certezas, pues las farmacéuticas siguen adelante con sus ensayos sin fijar un plazo cercano para acreditar una primera vacuna que pueda ser distribuida en suelo estadounidense.

Pero Trump no se quedó allí y criticó a Biden por llevar la mascarilla todo el tiempo. “Tengo una mascarilla pero no la uso como él, que cada vez que lo ves tiene una (…) puedes estar hablando a 200 pies de distancia y lleva la mascarilla más grande que hayas podido ver”. 

Biden respondió que el uso de las máscaras “hace una gran diferencia” y lanzó una pregunta a los millones de espectadores que vieron el debate: “¿Creen por un momento lo que les está diciendo, a la luz de todas las mentiras que ha dicho relacionadas con el Covid-19?”. 

Al final, el moderador pasó a otro apartado del debate sin que se hubiese hilado al menos una idea completa o un argumento de fondo en un tema cuyas decisiones son de vida o muerte. Pero los efectos de la pandemia estuvieron siempre a la vista: candidatos separados, sin apretones de manos, un reducido público que previamente fue examinado y las familias de ambos con mascarillas, como recomiendan los expertos.

Trump se defiende sin soportes y dice que ha pagado “millones de dólares” en impuestos 

Uno de los temas más esperados fue la réplica de Trump frente al reciente escándalo por su presunta omisión en el pago de impuestos. The New York Times publicó el fin de semana que el magnate solo pagó $ 750 dólares en contribuciones tributarias federales sobre la renta en 2016, el año en que se postuló para la Presidencia y en 2017, su primer año de mandato. El diario reportó que tampoco pagó impuestos sobre la renta en 10 de los 15 años anteriores, en gran parte porque informó haber perdido más dinero del que ganó.

Presionado por el moderador sobre cuánto pagó en impuestos federales sobre la renta en 2016 y 2017, el mandatario dijo que pagó “millones de dólares” cada año (sin especificar el monto) y sugirió que el público podría ver los documentos.

Sin embargo, el republicano ha sido el único candidato presidencial reciente que se ha rehusado a mostrar sus declaraciones de impuestos. Desde su campaña presidencial de 2016 ha prometido que los publicará pero hasta la fecha no lo ha hecho.

Paralelamente y mientras intentaba dar una respuesta, Trump dijo que los esquemas de impuestos que utilizó revelan su inteligencia y señaló que son producto de las leyes fiscales redactadas por la Administración de Barack Obama, en la que Biden sirvió como vicepresidente.

Horas antes del primer debate, Biden publicó de manera voluntaria sus declaraciones de impuestos de los últimos años. 

Más sombras que luces en el plano económico 

El presidente volvió a destacar su autoproclamada victoria: el fortalecimiento de la economía de Estados Unidos, al menos antes de que apareciera el Covid-19. Y aunque las finanzas de este país permitían presumir, no fue la temporada del más grande crecimiento en la historia de la nación.

“Tuve que cerrar la mayor economía de la historia de nuestro país. Y por cierto, ahora se está construyendo de nuevo”, afirmó el jefe de Estado.

Sin embargo, los expertos indican que la economía bajo Trump no ha funcionado tan bien como lo hizo bajo las administraciones de los presidentes Dwight D. Eisenhower, Lyndon B. Johnson y Bill Clinton.

La prensa estadounidense destaca que el producto interno bruto creció a una tasa anual de 2,3 % en 2019, 2,9 % en 2018 y 2,4 % en 2017. Pero en 1997, 1998 y 1999, el PIB creció 4,5 %, 4,5 % y 4,7 %, respectivamente. Incluso una mayor diferencia se mostró en las décadas de 1950 y 1960. El crecimiento entre 1962 y 1966 osciló entre el 4,4% y el 6.,6%, unas cifras lejanas a la actualidad.

Trump aseguró que, gracias a su Administración, la economía de su país ya se está recuperando y ha puesto a más personas a trabajar de nuevo tras los cierres a los que la pandemia forzó y dijo que Biden pretende revertir ese progreso al acusarlo de buscar un cierre absoluto de nuevo. “Él no tiene un plan”, refutó Biden al indicar que primero debe ser controlada la pandemia antes de impulsar nuevas aperturas.

“La diferencia es que millonarios como él están mejor con la crisis, han ganado mucho más dinero (…) será el primer presidente en dejar el trabajo con menos empleos que cuando llegó al cargo”, apuntó el demócrata.

Así fue la primera prueba de fuego entre Trump y Biden, en medio de gritos, interrupciones y ataques personales; un debate que retrató la profunda polarización que vive Estados Unidos.