Quién era María Victoria De La Mota Claverie, la esposa del golfista Emilio Domínguez que murió por dengue

María Victoria De La Mota Claverie, la esposa del golfista Emilio Domínguez. (Foto: redes sociales).

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, 1 ABRIL 2024.- María Victoria De La Mota Claverie, esposa del golfista argentino Emilio Domínguez, murió luego de contagiarse dengue. La mujer tenía 33 años, era madre de dos niños y era diseñadora de indumentaria.

Domínguez y De La Mota Claverie estaban casados desde 2016 y tuvieron dos hijos, Constantino e Hipólito, de 4 y 1 año, respectivamente.

Según compartió la mujer en su perfil de LinkedIn, era diseñadora de indumentaria y trabajaba en la empresa Kosiuko desde hace siete años.

Domínguez, conocido como el “Puma”, estaba disputando un torneo de golf en Guadalajara, el Totalplay Championship at Atlas Country Club del PGA Tour Americas, por lo que regresó de urgencia a la Argentina el viernes por la tarde cuando el cuadro de su esposa se complicó.

El deportista argentino estaba en pleno vuelo el sábado cuando se enteró que finalmente había fallecido De La Mota Claverie.

En redes sociales ambos se mostraban muy unidos y enamorados. A su vez, era el fiel reflejo de una familia que se acompañaba en todo momento. De hecho, en marzo de 2023, ella y sus dos hijos lo acompañaron en la premiación cuando ganó la tercera edición del Abierto de San Luis.

La noticia conmocionó al mundo del deporte y causó gran preocupación. María Victoria de la Mota Claverie tenía 33 años, estaba casada con el golfista Emilio “Puma” Domínguez y tenía dos hijos, Constantino e Hipólito, de cuatro y un año, respectivamente. Imprevistamente, falleció el sábado pasado, luego de que su salud se complicara producto de una infección generada tras contraer dengue. La noticia generó mucho dolor y también preocupación: ¿cómo es posible que una mujer joven pueda ser un caso mortal de la enfermedad que ya se cobró la vida de 119 personas en lo que va del año?

Incluso en personas sanas, el virus puede desencadenar cuadros graves, en distintas situaciones, tanto en pacientes jóvenes como en mayores, que por supuesto se agravan cuando hay condiciones preexistentes. El dengue grave (antes denominado hemorrágico), aún sin haber producido hemorragias externas puede desencadenar cuadros cardíacos de rápida evolución que ocasionen la muerte. Así lo explicaron distintos especialistas consultados por el diario LA NACIÓN, que pusieron especial énfasis en la necesidad de solicitar ayuda médica ante los primeros síntomas y no automedicarse.

“El dengue es una enfermedad viral que está producida por cuatro serotipos diferentes. El DEN1, DEN2, DEN3 y DEN4. En la Argentina predomina el DEN1 y el DEN2. Y una vez que uno contrae la infección, adquiere inmunidad específica para ese serotipo”, explica el cirujano cardiovascular Marcelo Nahin. “Los cuadros clínicos que produce este virus se clasifican en tres: el dengue no grave asintomático o sin signos de alarma; el dengue no grave con signos de alarma (que da una fiebre muy alta, dolor detrás de los ojos y en las articulaciones, pero no grave), y después, en el 5% de los casos, a nivel mundial y 0,2% en Argentina, la tercera categoría es el dengue grave que puede ser potencialmente mortal. No quiere decir que todos los que tengan dengue grave vayan a morir, pero si puede ser potencialmente mortal, y el dengue grave también llamado hemorrágico, produce un shock en el organismo, porque disminuye mucho las plaquetas, y puede producir afectación en el corazón”, explica el especialista.

El dengue grave o hemorrágico puede producir miocarditis viral, que es la inflamación del músculo cardíaco. “También puede producir pericarditis en el corazón. En el dengue grave es bastante frecuente la afectación cardíaca pero generalmente es transitoria”, apunta Nahin.

Frecuentemente, las formas graves se presentan cuando el paciente tiene una segunda exposición al virus, explican los especialistas. “Por ejemplo, un paciente joven, sano, puede haber tenido un dengue asintomático o con un cuadro muy leve por el serotipo 1 y después cuando se contagia, se vuelve a contagiar con otro serotipo diferente. Entonces, ahí tienen más posibilidades de desarrollar la forma grave o el llamado dengue hemorrágico”, detalla.

De todas formas, aclara el especialista: “Es importante destacar que las formas menos graves de dengue, la que no tiene alarma y la que tiene, pueden evolucionar dinámicamente a formas graves. Entonces hay que estar atentos y seguir pautas de alarma para concurrir a un centro hospitalario y que se lo interne, porque lo que sí define la mayor o menor mortalidad de las formas graves es la pronta y la rápida atención y la atención adecuada en una terapia intensiva”, enfatiza. “No hay que descuidarse cuando uno tiene una forma no grave, hay que estar alerta para ver si esos síntomas se intensifican y hay que concurrir a un centro médico rápidamente”, detalla.

Tampoco hay que creer que únicamente el dengue grave o hemorrágico se hace evidente porque el paciente tiene hemorragias nasales o por la boca. “Una característica del dengue grave es que produce una caída pronunciada de las plaquetas (trombocitopenia). Inicialmente puede no haber hemorragias, pero sí se puede detectar en el laboratorio la caída preocupante de las plaquetas”, advierte. “Si las plaquetas siguen bajando, sobrevienen las hemorragias. Para poder sobrellevar un cuadro de dengue grave se necesita la internación precoz en una terapia intensiva”, apunta el cardiólogo.

Con NA/La Nación