Comienza en Chaco el juicio por la Masacre de Napalpí, casi un siglo después de la matanza

La matanza de centenares de integrantes de los pueblos indígenas Qom y Moqoit ejecutada hace casi cien años por policías, gendarmes y colonos en Chaco fue declarada crimen de lesa humanidad.

Resistencia, Chaco, 19 abr. 2022.- El histórico juicio oral y público por la Masacre de Napalpí, la matanza de centenares de integrantes de los pueblos indígenas Qom y Moqoit ejecutada hace casi un siglo por policías, gendarmes y colonos en Chaco y declarada crimen de lesa humanidad, comenzará este martes en Resistencia, donde este lunes se realizó un acto de homenaje encabezado por el gobernador Jorge Capitanich, del cual participaron funcionarios y miembros de esas comunidades.

Será un “juicio por la verdad” que no tendrá imputados -ya que los responsables de esa masacre de 1924 están fallecidos y de tal manera no tendrá castigos penales-, en el que declararán sobrevivientes y descendientes de las víctimas, y que contará con el aporte de pruebas de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación surgidas de una investigación especial, informó el organismo oficial que conduce Horacio Pietragalla Corti.

Pietragalla Corti viajará a Resistencia para participar de la primera audiencia y acompañar a las comunidades de los pueblos Qom y Moqoit en lo que será “el primer juicio de la historia argentina que investigará una masacre contra pueblos indígenas” que se iniciará en el Día del Aborigen Americano, se destacó en un comunicado.

Habrá dos audiencias semanales en la Casa de las Culturas de Resistencia y el 10 y 12 de mayo el tribunal se trasladará a la ciudad de Buenos Aires para llevar realizar dos audiencias en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, en la ex Esma, donde declararán investigadores que abordaron el caso.

Se explicó que todas las audiencias permitirán la presencia de público y se transmitirán a través del canal de Youtube del Juzgado Federal 1 de Resistencia.

En la víspera del inicio del juicio por la masacre -declarada en 2019 crimen de lesa humanidad por la justicia federal y por lo tanto imprescriptible- Capitanich encabezó junto a funcionarios de su gabinete y legisladores un homenaje en el sitio donde ocurrieron los hechos y ahora hay un memorial de señalización, el Memorial Napalpí, en Colonia Aborigen, a 140 kilómetros de la capital. También hubo un recuerdo para el historiador y militante Juan Chico, político qom fallecido durante la pandemia cuya tarea fue fundamental para esclarecer los hechos y llegar a este proceso.

En ese espacio al aire libre, con hitos y señalizaciones que demarcan lo ocurrido, Capitanich afirmó que “este es un día memorable y los próximos 30 serán días de búsqueda de verdad y de memoria, en los que daremos inicio a una reparación histórica, para que esta verdad sobre los crímenes ocurridos en Napalpí forme parte de nuestra identidad y de nuestra cultura”.

“Promovemos la interculturalidad y la construcción colectiva de una identidad para valorizar las culturas, la salud y los saberes de las comunidades como parte de una agenda inconclusa aún. Para ello nos debemos una sociedad más justa y más solidaria y nunca más impunidad, nunca más un Estado ausente sin justicia ni memoria”, aseveró. El Estado de Chaco es querellante en el juicio a través de la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros y el Instituto del Aborigen Chaqueño.

En el acto estuvieron además la vicegobernadora, Analía Rach Quiroga; la secretaria de DD.HH. y Géneros, Silvana Pérez; Juan Manuel García, intendente de Machagai; Nayla Bosch, subsecretaria de DDHH; David García y Ana Noriega, de la Fundación Napalpí, y Francisco Romero, del Instituto de Cultura del Chaco.

Por el Poder Legislativo participaron los diputados provinciales Mariela Quirós, Rodrigo Ocampo y Rodolfo Schwartzman, la diputada nacional Lucila Masín y la senadora Marín Pilatti Vergara.

David García dijo que “venimos a reivindicar a nuestros caídos, y también a reivindicar la cultura del trabajo de las comunidades indígenas”.

La masacre fue la respuesta estatal a la protesta de originarios y criollos que reclamaban mejores

condiciones de vida y una justa retribución salarial.

La subsecretaria Bosch comentó que “estamos con una sensación contradictoria, pero esperanzadora; es contradictoria porque llegamos hasta aquí sin la figura de Juan Chico, que fue una parte muy importante. Pero tenemos esperanza por el impulso estatal a este juicio, y por la participación protagónica de los familiares y de investigadores. El objetivo es seguir construyendo memoria de manera integral y fortalecer esta identidad diversa y pluricultural de nuestra provincia”.

El acto comenzó a la mañana con un minuto de silencio y una invocación religiosa de la pastora Sara Barrientos. Luego, Juan Carlos Martínez, referente de la comunidad moqoit, izó la bandera y se proyectó un cortometraje en recuerdo a Chico, docente e historiador de la etnia qom, emblema de la reconstrucción histórica e impulso a la realización del juicio oral, fallecido por covid en 2021.

Se vio a Chiico diciendo: “Queremos honrar la lucha de los 30 mil (desaparecidos) , la lucha de las Madres, las Abuelas y los Hijos, y también queremos honrar a nuestros pueblos originarios, víctimas del primer terrorismo de Estado, trabajemos juntos para lograrlo”.

Ana Noriega y David García, iniciaron la ronda de oradores agradeciendo “este reconocimiento que es un aporte a la memoria”, recordaron a Chico y expresaron el deseo de profundizar el proceso con el juicio por la verdad. Legisladores les entregaron una carpeta con documentación vinculada al tema y una declaración formal de interés legislativo del homenaje y del juicio.

El intendente de Machagai remarcó que lo de Napalpí fue “una historia negada y olvidada” y es “necesario reconocer los derechos ancestrales”.

Luego habló Capitanich y después el acto cerró con un número artístico de niños de las comunidades, llamado “Corazón de Napalpí”, y el canto del coro indígena local Chelalapí.

La primera jornada se realizará mañana martes 19, en coincidencia con el Día del Aborigen Americano, según se resolvió en una audiencia preliminar en la que participaron las querellas de la Secretaría de DDHH y Géneros de Chaco y del Instituto del Aborigen Chaqueño (Idach), la jueza federal Zunilda Niremperger y representantes de la Fiscalía Federal de Resistencia.

Este martes, a partir de las 8, se desarrollará la apertura formal y se emitirán registros audiovisuales de Juan Chico, y de los sobrevivientes Pedro Balquinta y Rosa Grilo.

Los episodios ocurrieron el 19 de julio de 1924, cuando la policía del entonces Territorio Nacional del Chaco produjo la acción represiva conocida como la “Masacre de Napalpí” contra un grupo de trabajadores del algodón pertenecientes a las etnias aborígenes Moqoit, Qom, Shinpi y algunos criollos correntinos y santiagueños residentes en la zona, mientras realizaban una huelga pacífica en la reducción de Napalpí, a 120 kilómetros de Resistencia, en las cercanías de El Aguará, hoy Colonia Aborigen.

Los responsables políticos de la Masacre de Napalpí fueron el gobernador Fernando Centeno, el comisario de Resistencia Roberto Sáenz Loza y quien en la ocasión actuaba como su lugarteniente, el comisario de Quitilipi José B. Machado. El presidente del “Aero Club Chaco” Agustín Cabal (h), facilitó el avión utilizado en el ataque.

Centeno dio la orden a Sáenz Loza para que vaya con 130 efectivos y algunos civiles a la zona del conflicto y que procedan a rodear la reducción donde se concentraban las comunidades en protesta.

A las 9 de la mañana de ese 19 de julio, un avión de la Escuela de Aviación del Aeroclub Chaco, piloteado por el sargento Emilio Esquivel, acompañado por el civil Juan Browls, roció la espesura del monte con una sustancia química que produjo el incendio de las tolderías. Los niños, mujeres, hombres y ancianos salieron a campo abierto donde fueron brutalmente masacrados por los efectivos de la policía que descargaron más de 5.000 cartuchos en menos de dos horas.

No hubo resistencia porque no había armas. Sáenz Loza ordenó el degüello y luego la mutilación de los muertos y heridos. Los testículos, las orejas y los pechos fueron tomados como “trofeos de guerra”.