Sain: “La Policía ni siquiera mantiene un control ilegal del territorio, por eso la violencia narco”

El ministro de Seguridad se quejó de la policía de Santa Fe a la que culpó de haber perdido la capacidad de regular ilegalmente el delito a través de pactos corruptos con el narcotráfico para acordar la paz en el territorio. Pactos que incluían el reparto del dinero ilegal y eso, aseguró el funcionario, está provocando el aumento de la violencia narco en las calles.

1 ENE 2021 – Pero no sólo eso. Además, el ministro dio a entender en una entrevista publicada por la agencia Télam, que en la provincia de Buenos Aires la policía regula mafiosamente el crimen a partir de pactos con el narcotráfico que incluyen pagos ilegales para mirar para otro lado y zonas liberadas, y de ese modo evitar la escalada de violencia narco en la provincia de Buenos Aires.

El ministro de Seguridad de Santa Fe, Marcelo Sain, dijo que la Policía provincial es muy mala reguladora del crimen” porque “ha perdido la calle y ni siquiera mantiene un control ilegal del territorio”, lo que explica que “el nivel de violencia del narcotráfico sea tan grande” en ciudades como Rosario, que cerró el año con 213 homicidios.

En una extensa entrevista el funcionario adelantó que el Gobierno santafesino buscará la reforma del sistema de seguridad vía decreto; dijo que al jefe de la narcobanda “Los Monos” la “violencia le ha sido redituable” porque tiene enfrente “un Estado bobo” y detalló los tres ejes de “la transformación de la problemática criminal”.

A modo de balance del primer año de gobierno, Sain señaló que le “ha tocado gestionar en un momento de una profunda transformación de la problemática criminal”.

Identificó tres fenómenos: en primer lugar una “enorme fragmentación de los grupos narcos”, cuyos cabecillas están presos y son gerenciados por “soldaditos o delincuentes muy rústicos y violentos”.

También “un aumento estrepitoso de delitos predatorios cometidos por personas que no están en carrera criminal” como consecuencia de la crisis económica por la pandemia y la recesión previa; y la existencia de “una cultura juvenil narco, novedosa, en donde hay una suerte de identificación simbólica con el mundo narco que la hace positivamente valorada” en algunas barriadas populares de Rosario.

Para Sain, la fuerza de seguridad “es una muy mala policía regulatoria del crimen”.

Explicó que, a modo de ejemplo, en otras provincias existen policías corruptos “que regulan ilegalmente el crimen y tienen control sobre el territorio, son la fuerza armada predominante frente al mundo criminal y establecen pautas de paz”.

“Al regular el crimen –completó a manera de explicación-, lo que hacés es controlarlo y apropiarte de parte de la rentabilidad”.

El ministro entiende que “esas capacidades por parte de la Policía de Santa Fe se perdieron”, ya que “ni siquiera mantenía un control ilegal del territorio, por eso el nivel de violencia del narcotraficante es tan grande”.

En esa línea, consideró que a Ariel “Guille” Cantero, el jefe de “Los Monos” que está detenido desde hace siete años pero cuya sombra asoma en varias de las disputas territoriales, “la violencia le ha sido redituable”.

“Es un fenómeno bastante particular, porque por lo general al mundo criminal la violencia no le suma, le resta. Sin embargo, a ‘Guille’ Cantero le permitió mantener vigencia, control sobre ciertos territorios y organizaciones”, dijo Sain.

El ministro señaló que “eso se produjo por la ausencia de un Estado enfrente que pueda abordar y controlar ese nivel de violencia y dar una respuesta. No solo una respuesta preventiva, sino también una respuesta violenta legal”.

“No hay posibilidad de que haya una suerte de neutralización de la violencia criminal letal, sin una violencia estatal acorde a ese nivel de violencia”, afirmó.

Y agregó que, sin embargo, “lo que hay enfrente es un Estado bobo, policías que no se enfrentan nunca con delincuentes, que no marcan la cancha de dominio territorio”, como sí afirma que ocurre en la provincia de Buenos Aires.

Sain sostuvo que, al asumir la cartera, se encontró con “un sistema de seguridad devastado” con “un Ministerio sin capacidades de conducción de la seguridad pública y del sistema policial” que hasta carecía “de dispositivos que midan el crimen”.

Combinado con una policía “una estructura de administración policial mucho más deteriorada” y la mitad de la fuerza destinada a “tareas administrativas en vez de operacionales”.

Con ese diagnóstico su equipo elaboró tres leyes para reformar y modernizar el sistema de seguridad, que no fueron tratadas en la Legislatura.

“Lo que hemos hecho es gestionar la coyuntura, tratar de mejorar el sistema tal cual está. Fuimos ideando toda una serie de planes operacionales, de seguridad preventiva y de investigación criminal que de alguna manera fueron atenuando el crecimiento de los crímenes predatorios”, detalló.

“Si no hubiésemos hecho eso, el desmadre en materia de delitos predatorios hubiera sido aún mayor. A tal punto que en la provincia de Buenos Aires el 30 por ciento de los homicidios son en ocasión de robo, pero en la provincia de Santa Fe es el 5”.

Además, aseguró que “la policía no sabe hacer otra cosa que quejarse y salir a la calle al tun tun”, por lo que debió “hacer mapas del delito y a orientar la presencia policial en determinados espacios urbanos sobre la base a esos mapas: hacer policiamiento focalizado”.

Por último, aseguró que ante la “indisposición” opositora a tratar las leyes de reforma, se va a “avanzar en una estrategia de implementación de los ejes centrales contenidos en esos proyectos de ley a través de decretos, en aquello que podamos, que nos permita la legalidad vigente”.