
Buenos Aires, 21 de agosto de 2025.- El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, responsabilizó a la Conmebol y al Club Atlético Independiente por los violentos incidentes ocurridos durante el partido de la Copa Sudamericana entre el equipo argentino y la Universidad de Chile, disputado en Avellaneda.
Los disturbios comenzaron cuando un grupo de hinchas visitantes, ubicados en una bandeja superior del estadio, arrojó objetos contundentes hacia la tribuna inferior, donde se encontraba el público local. La tensión fue creciendo desde los primeros minutos del encuentro. Según Alonso, la Policía bonaerense detectó actitudes hostiles antes del inicio y recomendó suspender el partido durante el primer tiempo, propuesta que fue rechazada por el delegado de la Conmebol.
En declaraciones al programa Infobae en Vivo, el ministro señaló que ni el club ni la organización internacional respetaron los protocolos exigidos para este tipo de eventos. “Ninguno de los procedimientos previstos por la Conmebol fue cumplido”, denunció.
Alonso detalló que la responsabilidad operativa en este tipo de encuentros recae sobre el club organizador y la entidad internacional, mientras que la Policía provincial tiene intervención únicamente en el perímetro externo del estadio. En ese ámbito, afirmó, no se registraron incidentes. “Los hinchas visitantes llegaron en el horario estipulado, ingresaron sin inconvenientes y no hubo disturbios en los accesos”, aseguró. La violencia, explicó, se desató dentro del estadio, donde la seguridad estaba a cargo de agentes privados.
Uno de los elementos clave que favoreció el descontrol fue la ausencia de un cordón de seguridad que separara físicamente a ambas parcialidades. “No había contención. Los hinchas podían asomarse a la tribuna inferior sin ningún obstáculo. Esa omisión fue determinante”, indicó el ministro.
Las agresiones se intensificaron rápidamente. Durante el primer tiempo, se reportaron incendios, destrucción de instalaciones y hechos de vandalismo. Los violentos arrancaron barandas, rompieron sanitarios y utilizaron fragmentos metálicos como armas improvisadas. La policía, dijo Alonso, actuó con cautela para evitar una tragedia mayor. “Jamás íbamos a reprimir con balas de goma en una tribuna con mujeres, niños y familias. Nuestra prioridad fue separar a los violentos y proteger a los inocentes”, explicó.
La situación empeoró cuando, luego de un extenso entretiempo, el delegado de la Conmebol pidió que se desaloje la tribuna para reanudar el juego. Sin embargo, antes de que se concretara esa medida, un grupo de hinchas de Independiente irrumpió en la zona visitante tras romper una pared metálica. Esto provocó una brutal pelea cuerpo a cuerpo con los barras de la Universidad de Chile.
Como saldo del enfrentamiento, se registraron 111 detenidos, 20 heridos —dos de ellos en estado grave— y varios efectivos policiales lesionados mientras asistían a las víctimas. Uno de los heridos sufrió un traumatismo de cráneo, y el otro cayó desde una altura considerable dentro del estadio. Ambos permanecen internados en el hospital Fiorito.
Durante la entrevista, Alonso insistió en que la situación se podría haber evitado si se hubieran seguido los protocolos establecidos. Reprochó la demora en la toma de decisiones y criticó el enfoque de la Conmebol: “Solo les interesa el espectáculo televisivo, que las tribunas estén llenas. No aceptan suspender partidos ni jugar con tribunas vacías, aunque eso implique poner en riesgo la seguridad”.
Respecto al futuro de los detenidos, informó que están alojados en la comisaría cuarta de Avellaneda. Su situación judicial se define mediante el análisis de las imágenes captadas por las cámaras del estadio. “El fiscal respaldó lo actuado por la Policía. Ahora se identificará a todos los implicados, incluso a los que lograron escapar. Hay imputaciones por lesiones graves, daños y otros delitos”, precisó.
Alonso también recordó que la barra de la Universidad de Chile ya había protagonizado destrozos en el estadio de Estudiantes. En esa ocasión, se impusieron 250 prohibiciones de ingreso. “Frente a este tipo de comportamientos, debemos ser contundentes. Si no saben comportarse, que no vengan a los estadios. Así trabajamos en el fútbol argentino, evaluando riesgos y separando parcialidades”, concluyó.
Consultado sobre la relación con el Gobierno nacional, el ministro destacó que existe un trabajo coordinado. “Ayer actuó el programa Tribuna Segura. Ahora identificaremos y sancionaremos a todos los responsables”, afirmó.
En cuanto al accionar de los hinchas, Alonso subrayó la gravedad del episodio: “No trajeron armas. Rompieron el estadio y usaron los materiales como proyectiles. Caños, fierros, barandas. Es un ejemplo de incivilidad extrema”.
Desde el entorno de la Conmebol, ante la consulta de Infobae, aseguraron que la seguridad es responsabilidad del club local. “Aunque los incidentes los haya comenzado la barra visitante, la responsabilidad siempre es del organizador”, indicaron. En el plano deportivo, se descarta que Independiente obtenga los puntos del partido por reclamo, ya que la sanción disciplinaria en estos casos suele recaer sobre el anfitrión.
El caso ha reabierto el debate sobre el rol de la Conmebol, los clubes y las autoridades de seguridad en la organización de eventos internacionales. La falta de coordinación, la ausencia de protocolos aplicados y la desidia institucional, según Alonso, confluyeron en una situación evitable. La Justicia ya investiga a los responsables y la expectativa pública se centra ahora en la aplicación de sanciones ejemplares.
Para el ministro, este episodio exige una revisión profunda. “Fallaron los comportamientos individuales, pero también las decisiones institucionales. No puede volver a pasar”, advirtió.
Con Infobae