
Buenos Aires, Argentina, 4 de agosto de 2025. – Tensiones internas en el oficialismo libertario ponen a prueba la alianza que llevó a Javier Milei al poder en Argentina. Entre exclusiones, disputas por candidaturas, diferencias de estilo político y primeros gestos de reconciliación, la Casa Rosada se aboca al reto de mantener la unidad, sin perder el pragmatismo imprescindible para gobernar.
“Acá no se viene a especular. Se viene a defender con uñas y dientes las ideas del presidente. Y en esa batalla, la lealtad no es una opción: es una condición. Quien cuestione a quienes llevan esa bandera no está criticando un armado (de listas para las elecciones); está cuestionando al presidente mismo y a la causa que nos trajo hasta acá”.
Con esa tajante frase publicada en su cuenta de X, Karina Milei, hermana del presidente argentino, Javier Milei, y secretaria general de la Presidencia, buscó cerrar la discusión en torno a la elección interna que sacudió al oficialismo libertario tras el armado de listas para las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, que tendrán lugar el 7 de septiembre.
El armado de listas implica organizar, presentar y definir el orden de los candidatos del partido para las elecciones.
Y, justamente, el armado hizo estallar la controversia cuando la tropa digital del asesor presidencial Santiago Caputo —conocida como “Las Fuerzas del Cielo”— quedó marginada del reparto de candidaturas, desplazada por el ala política encabezada por Karina Milei, apodada puertas adentro como “El Jefe”, junto a su armador de listas provincial, Sebastián Pareja.
En la otra orilla, los beneficiados del nuevo esquema fueron figuras cercanas al armado político tradicional del oficialismo. Encabezando las listas en las principales secciones electorales de la provincia de Buenos Aires —divisiones territoriales clave que organizan la representación legislativa— aparecen candidatos alineados con Karina Milei y Pareja. Muchos de ellos no provienen del núcleo libertario original, pero cuentan con estructura, experiencia territorial o vínculos previos con el conservador PRO (Propuesta Republicana), del expresidente Mauricio Macri, o incluso sectores del peronismo.
Entre los nombres más destacados figuran Diego Valenzuela, intendente del partido (municipio) Tres de Febrero y aliado estratégico en la primera sección electoral de la provincia, y el excomisario de Policía Maximiliano Bondarenko, designado en la tercera sección.
La elección de estos perfiles profundizó el malestar entre los sectores desplazados, que interpretan el movimiento como una señal clara del rumbo pragmático que asume el oficialismo de cara a los comicios.
¿Quiénes son Las Fuerzas del Cielo y por qué se sienten traicionados?
Detrás de las consignas virales, los hilos en X y los memes libertarios que dominaron la campaña presidencial de 2023, opera un núcleo digital conocido como Las Fuerzas del Cielo.
Comandado informalmente por Santiago Caputo, este grupo fue clave en la construcción del fenómeno Milei desde las redes sociales, militando con intensidad —y con una estética propia— el mensaje de la “motosierra” y la guerra contra la casta. Durante la campaña, actuaron como el brazo armado digital del economista libertario, librando una batalla cultural online que amplificó y blindó la figura del entonces candidato.
Sin embargo, en el cierre de listas para las elecciones legislativas en Buenos Aires, ese mismo grupo —que esperaba tener algún grado de participación— quedó casi completamente excluido. No hubo candidaturas para sus referentes, ni espacios de decisión en la provincia. El desplazamiento fue leído como una traición por parte de quienes se consideran el núcleo fundacional del proyecto libertario.
“Lealtad no es obsecuencia”, escribió Esteban Glavinich, integrante de Las Fuerzas del Cielo, en respuesta a la publicación de Karina Milei, donde esta remarcaba la importancia de la lealtad y no cuestionar el armado político en la provincia de Buenos Aires. La frase condensó el malestar y la crítica interna ante la exclusión del grupo del reparto de candidaturas.
“La agresividad es incompatible con la democracia representativa liberal”
Si algo caracteriza a Las Fuerzas del Cielo, según analistas, es su manera hiperbólica, agresiva y negativa de comunicar. Ese estilo, eficaz para confrontar en campaña y construir un enemigo —la casta—, ahora genera tensiones dentro del oficialismo y empieza a resultar incómodo para un gobierno que necesita negociar, gestionar y sostener alianzas políticas.
Para el especialista en Comunicación Política Gonzalo Sarasqueta, director del Máster en Comunicación Política y Empresarial de la Universidad Camilo José Cela, ese tono plantea un serio desafío cuando se traslada al ejercicio del poder.
“Ese nivel de negatividad es incompatible con un sistema que se basa en acuerdos y consensos. Lo que hace duradera a la democracia liberal es justamente su capacidad de generar consensos. Cuando la política se convierte en una disputa entre enemigos y no entre adversarios, el conflicto se vuelve insostenible. Al enemigo se lo busca eliminar simbólicamente, cuando lo esencial del pluralismo democrático es la alternancia”.
Según Sarasqueta, esta lógica confrontativa no solo impacta en el discurso, sino que condiciona la relación con las instituciones y los distintos niveles del poder. “Ese nivel de agresión es incompatible con los poderes del sistema democrático: el Congreso, el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo y también los vínculos con los poderes subnacionales, como los gobernadores”, concluyó.
En ese sentido, el analista político Roberto Nolazco, gerente del área de Asuntos Públicos y gestor de incidencias de Prospectiva Public Affairs Latam, destaca el pragmatismo de Milei a la hora de gobernar, en contraste con la retórica confrontativa que lo llevó al poder.
Para Nolazco, el presidente demostró que sabe construir poder: “Ganó una elección presidencial sin una estructura política. Su partido, La Libertad Avanza, se impuso en la Ciudad de Buenos Aires tras muchos años de hegemonía del PRO, y continúa armando su estructura, manteniéndose en buena posición para las elecciones de septiembre en la Provincia y las legislativas nacionales de octubre. Saben negociar y hacer política; incluso con minoría lograron sancionar leyes en el Congreso. Están jugando muy bien el juego”.
¿Peligra el “Triángulo de Hierro”?
El “Triángulo de Hierro” —la alianza política y estratégica que integran Javier Milei, Karina Milei y Santiago Caputo— es la columna vertebral del crecimiento y consolidación del movimiento libertario. Sin embargo, las tensiones internas y los recientes desplazamientos en el armado electoral bonaerense han puesto en jaque esa alianza.
Al respecto, Nolazco sostiene que, pese a la cercanía y el peso de Caputo en el Gobierno, la última palabra siempre la tendrá Karina Milei.
Aunque considera el desplazamiento de la tropa digital como una “derrota política” para Caputo, asegura que el asesor continuará en el centro del poder libertario. “Tiene muchos resortes institucionales que le responden, gente de peso. Sigue teniendo un rol importantísimo dentro del oficialismo y ejerce fuerte influencia”, afirmó.
Por su parte, Sarasqueta interpreta la interna como una delimitación de funciones dentro del núcleo de poder del oficialismo, pero descarta una ruptura del Triángulo de Hierro.
“Fue una manera de separar dos roles que a veces se confunden: el del estratega comunicacional —en este caso, Santiago Caputo— y el del estratega político o jefe de campaña, que es Karina Milei”, explicó.
“Lo que hizo Karina fue marcar con claridad los límites: hasta dónde llega el rol del comunicador y hasta dónde el del armado político, que implica definir candidaturas y ocupar espacios clave. Fue un golpe de mesa para dejar en claro que la estratega política es ella”, agregó.
La politóloga Lucía Bonetto Cornatosky, especialista en estrategia y comunicación para actores políticos, coincide en que más que una ruptura, se trató de una separación de roles, y asegura que el Triángulo de Hierro existe, aunque convive con tensiones que se expresan con mayor o menor intensidad según el momento.
“Tienen orígenes distintos y entienden la política de maneras diferentes. Karina dejó su bajo perfil y se plantó con claridad al afirmar: ‘Esta parte del tablero es mía’. Fue un gesto claro de liderazgo, de marcar la cancha: que venga Caputo a trabajar la campaña, sí, pero esta parte la conduzco yo”.
Victoria Villarruel, la opositora dentro del oficialismo
A la interna libertaria, se le suma una crisis que ya viene desde hace tiempo entre Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel. Ambos ya no ocultan el quiebre en una relación que nació como un matrimonio por conveniencia para ganar las elecciones de 2023.
Las diferencias entre el presidente y su vice no son nuevas, pero en los últimos meses se han hecho cada vez más visibles. Villarruel tomó distancia del núcleo duro del oficialismo y comenzó a construir un espacio propio, con un perfil más institucional y un discurso centrado en la seguridad y las Fuerzas Armadas, sus temas de bandera.
Días atrás, Milei la llamó “bruta traidora” luego de que Villarruel, en su rol de presidenta del Senado, convocara a una sesión para tratar temas incómodos para el Gobierno, como un aumento para las jubilaciones y la Ley de Emergencia en Discapacidad. Aunque ambas iniciativas fueron aprobadas, el presidente ya anunció que las vetará.
Posteriormente, el vocero presidencial, Manuel Adorni, afirmó que la vicepresidenta “ya no forma parte del proyecto” de Gobierno.
Para la politóloga Bonetto Cornatosky, la situación representa un verdadero punto de inflexión dentro del oficialismo. “Tampoco está mal que exista pluralidad hacia adentro. Lo que llama la atención es que pasamos de una tensión a una ruptura”, advierte.
Según la especialista en Comunicación Digital, Villarruel “juega a ser oposición dentro del oficialismo”, en una estrategia de posicionamiento con la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2027.
La versión oficial: internas “saldadas” y rumbo consolidado
Frente a este panorama de tensiones y acusaciones cruzadas, desde la Casa Rosada aseguran que los conflictos internos ya fueron “saldados” y que el oficialismo está unido para afrontar los desafíos electorales.
El pasado miércoles 30 de julio, Karina Milei inauguró la mesa de campaña para las elecciones en la Provincia de Buenos Aires con la incorporación de Santiago Caputo. Este gesto busca recomponer vínculos y coordinar esfuerzos de cara a los próximos comicios. Sin embargo, la convivencia entre sectores con agendas y estilos muy distintos deja la sensación de que las tensiones podrían seguir presentes en el corto plazo.
La continuidad de episodios públicos de desacuerdo y declaraciones contrapuestas muestra que, más allá del discurso oficial, las tensiones internas siguen siendo una realidad importante dentro de La Libertad Avanza.
Con France24