
Buenos Aires, 27 de noviembre de 2025.- En la quinta jornada del juicio oral por el caso Cuadernos, el fiscal federal Carlos Stornelli presentó una acusación contundente: la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner habría recibido sumas de dinero provenientes de coimas entregadas por empresarios durante su mandato. Según la acusación, Cristina Kirchner era la “receptora final” de esos fondos, que llegaban a sus domicilios.
La ruta del dinero: De los empresarios a la expresidenta
El fiscal Stornelli detalló que la principal beneficiaria de estos pagos ilegales fue Cristina Fernández de Kirchner, quien, aunque ocupaba la presidencia de la Nación, “tomaba posesión final” de la mayoría del dinero recibido. El juicio, que se lleva adelante en el Tribunal Oral Federal N.º 7, tiene entre los principales imputados a la expresidenta y a Julio De Vido, exministro de Planificación Federal, en una causa que involucra a 86 procesados.
Durante la audiencia, se detalló cómo los pagos, supuestamente entregados en “paquetes chicos”, tenían como destino la Casa de Gobierno, mientras que los “paquetes grandes” eran enviados al departamento de la expresidenta en Recoleta. La reconstrucción de los hechos, basada en testimonios de arrepentidos como el financista Ernesto Clarens y el exfuncionario Claudio Uberti, revela las diferentes modalidades de entrega de sobornos.
Los intermediarios: Uberti, Clarens y la ruta del dinero
Según la acusación, las entregas más importantes de dinero debían ser realizadas en el domicilio particular de Cristina Kirchner. De acuerdo con el fiscal, los intermediarios clave en este esquema de corrupción fueron Roberto Baratta, exfuncionario del Ministerio de Planificación, y Daniel Muñoz, secretario de los Kirchner. Ambos fueron identificados como los responsables de coordinar y recibir los pagos.
Un testimonio clave en la causa provino de José López, exsecretario de Obras Públicas, quien detalló que en 2007 se realizó una entrega en la puerta del domicilio de Cristina Kirchner, en Uruguay, de una valija con aproximadamente 8 millones de dólares.
Valijas, sobornos y más detalles de la trama
En la misma línea, el exfuncionario Claudio Uberti reveló que en diversas ocasiones transportó valijas con grandes sumas de dinero al departamento de Cristina Kirchner en la ciudad de Buenos Aires, así como a la casa familiar en Río Gallegos. Según Uberti, los pagos más grandes eran entregados a través de un sistema organizado que implicaba a varios funcionarios y empresarios, incluidos los dueños de empresas como Electroingeniería y Isolux.
El chofer Oscar Centeno, cuya declaración es uno de los pilares de la causa, dejó constancia en sus cuadernos de las entregas de dinero. En sus anotaciones, Centeno describe fechas, lugares y montos de los sobornos, incluido un pago de 4.5 millones de dólares en 2010. En su testimonio, también reveló cómo Baratta le ordenó entregar dinero en mano a Néstor Kirchner, en la Quinta de Olivos, indicando que el expresidente prefería recibir todos los pagos en persona.
El juicio continúa: nuevas revelaciones y testigos claves
El Tribunal Oral N.º 7 continuó con la lectura de la acusación, que abarca seis causas relacionadas con pagos ilegales, de los cuales se estima que más de 16 millones de dólares fueron destinados a funcionarios y empresarios vinculados al kirchnerismo. El juicio también examina los registros de los cuadernos de Centeno, que detallan los pormenores de las entregas y las rutas utilizadas por los implicados.
Entre los empresarios mencionados en este contexto se encuentran figuras de empresas como Electroingeniería y Vicentin, que habrían formado parte de la red de sobornos. Además, en la audiencia se repasaron los descargos de los principales acusados, incluido el de Cristina Kirchner, quien sostuvo que la investigación en su contra es “deliberadamente direccionada” y no tiene pruebas que sustenten las acusaciones.
¿Qué sigue en el juicio por los Cuadernos de las Coimas?
El juicio continúa, con nuevos testimonios y pruebas que se suman a la causa. Con más de 80 procesados, este caso se perfila como uno de los juicios más trascendentales de la historia reciente de Argentina.
