Río de Janeiro: Impacto de la operación policial más letal

Fotografía de un vehículo incendiado durante un operativo policial en Río de Janeiro. EFE/ Antonio Lacerda.

Brasil, 29 de octubre de 2025.- En la mañana de este miércoles, Río de Janeiro comienza a recuperar cierta normalidad, aunque en un ambiente de incertidumbre y tensión, un día después de la operación policial más mortífera en la historia del estado, que dejó al menos 64 muertos y una sensación de terror entre millones de residentes.

Según el Centro de Operaciones y Resiliencia de Río (COR-Rio), alrededor de las 6:00 a. m., la ciudad regresó a la fase 1 en su evaluación de riesgos urbanos, lo que indica que, por el momento, la situación parece bajo control. Las vías principales han reabierto desde la madrugada, y la última en hacerlo fue la autopista Grajaú-Jacarepaguá, que reanudó su servicio a las 2:45 a. m. A pesar de esto, las calles de la ciudad permanecen inusualmente vacías.

Claudio Castro, gobernador de Río, señaló en un video publicado en la red social X que 60 presuntos criminales fueron “neutralizados” durante la redada, calificándola como la operación más grande realizada en la ciudad. Además, se arrestaron 81 personas, se incautaron 93 rifles y más de media tonelada de drogas. Las autoridades informaron que los fallecidos se resistieron a la acción policial.

Al menos 40 cuerpos sin vida fueron encontrados por los habitantes de las favelas de Río de Janeiro que ayer fueron escenario de una letal operación policial y fueron colocados por los vecinos en una plaza del barrio de Penha, según pudo confirmar EFE, que este miércoles acompañó el rescate de algunos de los cadáveres.

La recuperación de los cuerpos, que sigue en curso, está siendo realizada por los vecinos de los complejos de favelas de Alemão y Penha, ubicados en uno de los sectores más pobres y violentos de Río, sin ayuda de las autoridades.

El sistema de metro de Río opera con normalidad esta mañana, con las líneas 1, 2 y 4 funcionando a intervalos regulares, sin interrupciones. El transporte público en general también está operativo, aunque el COR-Rio advierte a los usuarios de autobuses que verifiquen con las compañías correspondientes que sus rutas no hayan sufrido modificaciones.

SuperVia, la operadora de trenes, confirmó que los servicios se mantienen sin alteraciones. Sin embargo, el tráfico en las calles ha disminuido drásticamente, y el aire de inquietud permanece palpable en la ciudad. Las cámaras de vigilancia muestran un flujo de tráfico mucho más tranquilo de lo habitual, con la autopista Linha Vermelha y la Avenida Brasil transitables sin mayores problemas. La autopista Grajaú-Jacarepaguá, que estuvo cerrada hasta las primeras horas de la mañana, ya está operativa. Según el COR, no hay bloqueos activos en este momento.

A pesar de la reapertura de las vías principales, la actividad en las calles sigue siendo escasa. Las paradas de autobús en la Zona Sur, como en Rua Voluntários da Pátria y Praia de Botafogo, están vacías. En cambio, el paseo marítimo parece mostrar algo de vida, con personas practicando deportes en el malecón y en la arena, como es habitual.

No obstante, durante la madrugada, se reportaron tiroteos continuos en los complejos de favelas del Alemão y Penha. Algunos de los cuerpos de las víctimas del operativo fueron trasladados al Hospital Getúlio Vargas.

Impacto en las instituciones y actividades comerciales

El impacto de la operación también se ha dejado sentir en el ámbito educativo y empresarial. Muchas universidades y empresas optaron por realizar sus actividades de forma virtual o suspenderlas temporalmente. Entre las principales instituciones que suspendieron actividades se encuentran la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ), la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), la Universidad Federal Fluminense (UFF) y la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio), que trasladaron sus clases a modalidad remota.

El ambiente también se reflejó en los bares y restaurantes, donde las primeras horas del miércoles estuvieron marcadas por el silencio, tras una operación que dejó un saldo de más de 60 muertos y varios agentes de policía heridos. La policía civil reportó la muerte de cuatro de sus agentes durante la redada, y aseguró que los ataques de los criminales contra los oficiales no quedarán impunes.

Reacciones nacionales e internacionales

El operativo ha generado reacciones tanto dentro como fuera de Brasil. La ONU, a través de su organismo de derechos humanos, expresó su “horror” ante la magnitud de la operación y exigió una investigación exhaustiva. César Muñoz, director de Human Rights Watch en Brasil, calificó los eventos como una “gran tragedia”, y subrayó la necesidad de que el Ministerio Público abra una investigación para esclarecer las circunstancias de cada muerte.

Por su parte, el gobierno de Río también ha recibido críticas. Castro, un político de línea conservadora, ha solicitado más apoyo federal en la lucha contra el crimen, dirigido principalmente a la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En respuesta, Gleisi Hoffmann, enlace del gobierno con el parlamento, reconoció la necesidad de una acción coordinada, pero defendió los esfuerzos del gobierno federal, citando una reciente operación contra el lavado de dinero como ejemplo de su compromiso con la lucha contra el crimen organizado.

El trasfondo de la operación

La banda criminal Comando Vermelho, originaria de las cárceles de Río, ha ampliado su dominio sobre las favelas en los últimos años. La operación del martes, que siguió a una extensa investigación sobre esta organización criminal, ha sido una de las más letales en la historia de la ciudad, aunque no es la primera. En marzo de 2005, 29 personas murieron en una operación similar en la región de Baixada Fluminense, y en mayo de 2021, 28 personas perdieron la vida en la favela de Jacarezinho.

Luis Flavio Sapori, sociólogo y experto en seguridad pública de la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, destacó la magnitud del operativo, calificando el número de víctimas de “números de guerra”. Sapori, sin embargo, advirtió que este tipo de redadas son ineficaces, pues no logran desmantelar a los líderes de las facciones, sino que se limitan a eliminar a sus subordinados, que rápidamente son reemplazados por otros.

Críticas a la estrategia de seguridad pública

El Instituto Marielle Franco, creado por la familia de la concejala asesinada, también condenó la operación, calificándola como una política de “exterminio” que pone en riesgo la vida de las personas más vulnerables de las favelas. “Convertir la vida cotidiana de las personas negras y pobres en una ruleta rusa no es una política de seguridad pública”, subrayó la organización en un comunicado.

Con O GLOBO/EFE/Latimes