
París, 21 de octubre de 2025.- Nicolas Sarkozy ingresó este martes en la prisión parisina de La Santé para cumplir una condena de cinco años de cárcel por la financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007 con fondos del régimen libio de Muamar Gadafi. Es el primer expresidente de Francia y de la Unión Europea que entra en prisión.
A las 9:10 horas, Sarkozy abandonó su domicilio en el distrito XVI de París acompañado por su esposa Carla Bruni, sus hijos y hermanos. A la salida, una multitud se congregó para expresarle apoyo y entonó el himno nacional. El convoy presidencial, escoltado por fuerzas de seguridad y seguido por medios de comunicación, llegó a La Santé a las 9:39.
La entrada del exmandatario fue recibida con gritos de apoyo, mientras algunos asistentes preguntaban por la presencia de su esposa. La imagen de Sarkozy cruzando los muros de una prisión histórica francesa ha provocado un fuerte impacto en la opinión pública y en los medios internacionales.
Minutos antes de ingresar, el exjefe de Estado publicó un mensaje en redes sociales en el que reafirmó su inocencia. Señaló que “no es un expresidente quien está siendo encarcelado, sino un hombre inocente” y calificó el proceso judicial como “un escándalo” que ha sufrido por más de una década. Concluyó su mensaje con un tono desafiante: “La verdad triunfará, pero el precio a pagar será devastador”.
Sus abogados han anunciado que presentarán de inmediato una petición de libertad provisional. Christophe Ingrain, integrante de su equipo legal, declaró a BFMTV que el expresidente no recibirá trato preferencial y que la solicitud será evaluada en el plazo habitual de un mes. Añadió que Sarkozy “está determinado y enfadado” por demostrar su inocencia.
A la espera de la resolución del tribunal de apelación, se prevé que Sarkozy pase entre tres y cuatro semanas detenido. Si obtiene una respuesta favorable, podría quedar en libertad antes de Navidad y enfrentar en libertad el juicio de apelación previsto para marzo de 2026. Durante su estancia en prisión, tiene previsto escribir sobre su experiencia y sobre lo que considera una injusticia judicial.
El pasado viernes, el presidente Emmanuel Macron lo recibió en el Palacio del Elíseo. El encuentro, confirmado por el Gobierno, fue calificado como un gesto “humano” por parte del jefe de Estado.
La sentencia dictada el 25 de septiembre lo declaró culpable de haber permitido que miembros de su entorno negociaran con emisarios del régimen libio para financiar su candidatura presidencial en 2007, lo que el tribunal calificó como participación en una “asociación de malhechores”.
Con EFE
