Tres de Febrero: cuando el Estado libera zonas, el barrio paga

23-09-2025 05:31:45. Basura acumulada y dos focos de fuego en la calle Santiago del Estero, entre Guatemala y Hugo del Carril, en Loma Hermosa, municipio de Tres de Febrero, frente a cámaras municipales que no intervinieron. Fotograma del video registrado esta madrugada por una cámara privada ubicada en el lugar.

Buenos Aires, 23 de septiembre de 2025 (Mi Periódico).- Basura acumulada y focos de incendio vuelven a apropiarse del espacio público en Tres de Febrero, evidenciando una grave crisis bajo la gestión del intendente Diego Valenzuela.

Una vez más, las calles del municipio de Tres de Febrero están dominadas por basura acumulada y focos de incendio, mientras quienes tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad y el orden público optan por mirar hacia otro lado. Esta pasividad asegura la impunidad de conductas antisociales que afectan a toda la comunidad.

Durante la madrugada del martes, a eso de las 05:31, la calle Santiago del Estero, entre Guatemala y Hugo del Carril, en la localidad de Loma Hermosa, fue escenario de un incendio provocado sobre un enorme cúmulo de residuos. Las cámaras de seguridad urbana instaladas por la municipalidad captaron el hecho, pero la respuesta oficial fue de completa inacción. En lugar de intervenir, las fuerzas responsables liberaron la zona, facilitando que contraventores y delincuentes actuaran con total impunidad, poniendo en grave riesgo la salud y la seguridad de los vecinos.

Este episodio no es aislado ni fortuito. La Justicia había ordenado expresamente a la municipalidad que cesara el vuelco ilegal de residuos en esa zona, pero dicha orden ha sido ignorada.

Más allá de desobedecer mandatos judiciales, la gestión municipal permite que las calles se conviertan en territorio liberado para quienes atentan contra el bienestar de los barrios, con consecuencias directas en la calidad de vida y la seguridad de la población. Mirá el video.

La utilización de cámaras oficiales para, paradójicamente, liberar zonas conflictivas, constituye una grave señal de abandono institucional y falta de compromiso con el Estado de derecho. La impunidad, lejos de ser un error, parece formar parte de una política deliberada de la actual administración.

El escenario que presenta la calle Santiago del Estero —con residuos de todo tipo y cubiertas incendiadas— es una muestra irrefutable del deterioro urbano y la irresponsabilidad de quienes gobiernan. El video que registra estos hechos a las 5:31 de la mañana no solo evidencia la pasividad de las autoridades, sino que denuncia una complicidad tácita con el abandono y el caos.

Es inadmisible que quienes tienen la obligación de proteger a la comunidad sean los mismos que liberan zonas y permiten que los barrios se hundan en la inseguridad y el descontrol. Esta situación exige una respuesta urgente y contundente del intendente y su equipo, quienes deben asumir su responsabilidad, garantizar el cumplimiento de la ley, proteger a los vecinos y recuperar los espacios públicos.

Los microbasurales no se gestionan, se erradican de forma definitiva. Este mensaje va dirigido a esos funcionarios municipales que, lejos de cumplir con la ley, siguen haciendo negocios turbios con empresas amigas, lucrando mientras los barrios se inundan de basura.

La ley no los obliga a “limpiar” para que todo siga igual, sino a eliminar estos focos de contaminación y abandono. La comunidad exige funcionarios comprometidos con la gente, no cómplices ni “CEO de la basura” que obtienen ganancias a costa de la salud y la dignidad de los vecinos. Basta de corrupción, complicidad y negocios sucios: exigimos responsabilidad ya.

Cuando el Estado libera zonas, el barrio paga” sintetiza la grave realidad que enfrentan los vecinos.

Liberar zonas significa que las autoridades municipales, en lugar de proteger y controlar los espacios públicos, optan por retirarse o hacerse de la vista gorda, dejando esos sectores entregados al descontrol y la acción de contraventores y delincuentes.

Esta “liberación” no es inocua ni administrativa, sino una decisión política que se traduce en abandono, inseguridad y deterioro para quienes viven allí. En última instancia, quienes sufren las consecuencias son los barrios y sus habitantes, que pagan con la salud, la tranquilidad y la calidad de vida afectadas por la falta de gestión y compromiso estatal.

La comunidad reclama respuestas claras y acciones efectivas. El tiempo del abandono y la impunidad debe terminar.