
Buenos Aires, 2 de septiembre de 2025.- El Gobierno modificó su estrategia cambiaria y decidió intervenir directamente en el mercado de divisas, tras semanas de aplicar medidas indirectas. La confirmación llegó por parte del Ministerio de Economía, que informó que el Tesoro Nacional comenzará a operar en el mercado libre de cambios para aportar liquidez y garantizar su funcionamiento normal. La medida fue comunicada por Pablo Quirno, secretario de Finanzas y colaborador cercano de Luis Caputo, a través de la red social X.
La decisión tomó por sorpresa a analistas y operadores financieros, aunque se aclaró que el Fondo Monetario Internacional fue informado previamente y dio su aprobación. El cambio de postura ocurre en un contexto de fuerte presión cambiaria, con el dólar minorista alcanzando un nuevo máximo de 1.390 pesos. La jornada cerró con una suba diaria de 25 pesos, acercando la cotización al límite superior de la banda establecida por el propio Gobierno, que es de 1.467 pesos.
Este escenario agrega tensión a la antesala de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo se juega una instancia clave. La intervención del Tesoro busca contener la volatilidad sin recurrir a las reservas del Banco Central. En los hechos, el Ejecutivo utilizaría dólares propios para influir en el tipo de cambio en una semana de alta sensibilidad política y económica.
El giro en la estrategia oficial resulta más llamativo si se considera que, apenas días antes, Quirno había negado públicamente que se estuvieran utilizando fondos del FMI para intervenir en el mercado. Sin embargo, ya circulaban versiones en la plaza financiera sobre posibles ventas encubiertas por parte del Tesoro con el objetivo de aliviar la presión sobre el dólar.
El financista Christian Buteler recordó un antecedente que genera inquietud. Señaló que, si se confirmara la utilización de fondos del organismo, no sería la primera vez que Caputo recurre a ese mecanismo. En 2018, cuando presidía el Banco Central, esta práctica provocó el rechazo del FMI, que finalmente exigió su salida de la entidad. La sombra de aquel episodio vuelve a proyectarse ahora, en medio de la tensión cambiaria y electoral.