
Buenos Aires, 22 de agosto de 2025 (Mi Periódico).- En una entrevista brindada y publicada este viernes en el canal Contexto Económico, el licenciado Pablo Tigani ofreció un análisis descarnado sobre la situación política y económica de la Argentina. Lo que expuso no fue una mera sucesión de datos, sino una radiografía emocional, técnica y profundamente crítica de un país que —según sus palabras— atraviesa una crisis de proporciones históricas.
“Hay desastres todos los días”, advirtió, en un tono que ya no suena alarmado, sino resignado. “Nos estamos acostumbrando a este desastre”. La última chispa en prenderse fue un escándalo con audios filtrados del jefe de Discapacidad, que dejaron entrever coimas y estafas en perjuicio de personas a las que el Estado ya les niega todo. Una muestra más —según Tigani— del cinismo del poder. “Es el típico gobierno de derecha corrupta. Para ellos no hay país, no hay personas; lo que hay es negocio”.
Tigani denunció también que el presidente argentino enfrenta acusaciones en 37 de los 50 estados de EE.UU. por el caso Libra. “Acá el tema está moderado porque la justicia está pintada. Tiene cobertura política. Pero en algún momento estas cosas se terminan”.
La complicidad de otros sectores del poder, en especial el judicial, también fue señalada: “Cuando sos selectivo en lo que hacés, sos cómplice. Y este gobierno no se sostiene sin un entramado de complicidades”. Lo mismo aplicó a ciertos legisladores: “Son cómplices los diputados que votan una cosa y la cambian al otro día”.
A nivel económico, la crítica se tornó aún más aguda. “Pagamos tasas de interés del 70%, pero se les niegan medicamentos a los jubilados. No tienen plan económico, no tienen programa monetario. Emitieron más dinero que Alberto Fernández en el mismo período de 2023”. A su juicio, el relato oficial que sostiene una inflación del 2% no se sostiene en la realidad: “Que vayan al supermercado, o a cargar nafta. No es del 2%”.
Según Tigani, la situación se deteriora rápidamente. “Ya empezaron a renunciar funcionarios de carrera. Algunos dicen abiertamente que no comparten la metodología. Esto no lo podés tapar con las manos. Los efectos ya están a la vista”. Entre ellos, una recesión profunda: industrias paralizadas, comercios sin ventas, cadenas de pagos rotas.
También alertó sobre la inviabilidad del esquema financiero: “¿Cómo van a pagar los intereses? Con más emisión. Y el superávit fiscal que se necesita es de 4 o 5 puntos del PBI. ¿De dónde lo van a sacar? ¿Van a cancelar jubilaciones? ¿Cerrar universidades?”. Para él, lo inevitable es una reacción social: “Va a haber una explosión popular. Esto es imparable”.
Incluso dentro del sistema financiero, las alarmas están encendidas. “JP Morgan, que tenía gente en el gabinete, se fue el 27 de junio. Los que quedaron son los perejiles”. Aun así, muchos pequeños ahorristas siguen apostando a los plazos fijos que pagan hasta 58%. “No ven lo que está por pasar. Estamos al borde de un nuevo corralito. No sé si tocarán las cajas de ahorro, pero los plazos fijos se los van a quedar”.
La comparación con el 2001 es directa: “En ese momento muchos tenían la plata, pero no podían sacarla del banco. Se fumaron los ahorros de toda la vida. Algunos murieron esperando cobrarlos”.
Para Tigani, la economía dejó de existir. “Lo que hay es una mesa de dinero. Una timba”. Y ni siquiera los grandes empresarios parecen estar a salvo: “Están perdiendo plata a lo loco. Cuando se infle la economía, el dólar va a tener que valer lo que tenga que valer”.
La apertura indiscriminada de importaciones es otro de los blancos: “Aumentaron 40% en medio de una crisis de reservas. No podés salir de compras cuando no tenés un mango”. Y ejemplifica: “Una tostadora que acá cuesta 100, en China cuesta 5. Llega a 10 o 15 con todos los gastos. Es imposible competir”.
Las plataformas internacionales como SHEIN agravan la situación, con productos que llegan desde Asia con precios cuatro veces más bajos. Todo eso se paga con dólares del Banco Central. Y eso —sostiene— profundiza el déficit comercial y de cuenta corriente. “En el primer trimestre ya era de 5.100 millones de dólares. Si sigue así, va a llegar a más de 20.000. Y sabemos que se disparó”.
El panorama que dibuja Pablo Tigani es sombrío. La economía argentina, dice, “no se sostiene”. Y lo que queda es esperar cuánto más puede resistirse al colapso.