Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 8 de junio de 2025.- El dirigente social Juan Grabois fue liberado en la madrugada del domingo tras permanecer doce horas detenido por ocupar el Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Históricas Juan Domingo Perón, ubicado en el barrio de Recoleta. La protesta, organizada junto a diputados y militantes, respondía a la reciente disolución del organismo por parte del Gobierno. El operativo policial derivó en múltiples detenciones, incluyendo la de Grabois, quien denunció la falta de imputaciones formales y calificó su arresto como una represión al reclamo pacífico por la memoria histórica.
Condiciones de la detención y críticas
Al recuperar su libertad, Grabois cuestionó el estado de las comisarías, describiéndolas como instalaciones precarias, sin calefacción y con equipamiento obsoleto. “Es inhumano. Cuando sea presidente, cambiaré esto”, afirmó. Su declaración contrastó con la versión oficial: la ministra Patricia Bullrich defendió el operativo y lo calificó como respuesta a una “usurpación violenta”, mientras la Policía Federal reportó lesiones a agentes y daños materiales.
La ocupación y las reacciones políticas
La toma del edificio comenzó el sábado al mediodía, cuando un grupo ingresó por el local “Un café con Perón”. Según fuentes oficiales, hubo forcejeos y se colgaron banderas con consignas contra el Gobierno. Horas más tarde, una movilización en Villa Riachuelo, con presencia de legisladores y periodistas, exigió la liberación de los detenidos. El Partido Justicialista denunció “detenciones ilegales” y solidarizó con los manifestantes.
El futuro del Instituto Perón
El cierre del instituto, anunciado en mayo por el Gobierno, se justificó como un recorte a gastos “sin impacto tangible”. El edificio será reconvertido en una biblioteca para personas con discapacidad y el restaurante adjunto pasará a manos de un emprendimiento para jóvenes neurodivergentes. La decisión, sin embargo, sigue generando controversia entre sectores peronistas.