
Rosario, Santa Fe, 28 de mayo de 2025.- Un inspector de tránsito de Rosario fue condenado a 4 años y 5 meses de prisión efectiva por vender drogas de diseño, como éxtasis y cristal, en fiestas electrónicas y a través del servicio de delivery por Telegram. La sentencia se logró mediante un procedimiento abreviado impulsado por los fiscales Franco Benetti y Santiago Cruz Alberdi, de la Oficina de Narcocriminalidad de la Unidad Fiscal Rosario.
El empleado municipal Víctor Sebastián Cicchirillo también deberá pagar una multa de 4.680.000 pesos por el delito de comercio de estupefacientes. La condena fue homologada el 15 de mayo en los Tribunales Federales de Rosario por el juez Carlos Vera Barros, bajo el artículo 323 del Código Procesal Penal Federal (CPPF).
En el mismo caso, su pareja, Eliana Soledad Cabrera, recibió una pena de 3 años de prisión condicional, una multa de 2.600.000 pesos y reglas de conducta por su participación secundaria en el delito. Un tercer implicado fue sobreseído.
Las ventas por Telegram
Las tareas investigativas del Ministerio Público Fiscal comenzaron a partir de una denuncia anónima transmitida por la Agencia de Comando Delta de la Policía Federal (PFA). En ella, se advertía sobre “la venta de drogas pastillas” por Telegram en un grupo llamado “Flores en Rosario” por parte de un usuario que usaba en su perfil el nombre “Willi Wonka” -en alusión al personaje del libro infantil “Charlie y la fábrica de chocolate”-. Entre otros datos, se detallaba el domicilio del sospechoso en el barrio Triángulo de Rosario y que se movilizaba en una moto.
La información volcada en la denuncia se fue corroborando a través de diversas medidas que adoptaron los fiscales, como determinar la titularidad de la línea telefónica -a nombre de Cicchirillo- e identificar el usuario que ofrecía pastillas de éxtasis en el grupo de Telegram mencionado. A partir de ese momento, se intensificaron las tareas de campo de la Brigada Antidrogas de la PFA.

Pasamano y delivery de “rolas”
La pesquisa permitió documentar las modalidades de venta. Algunas fueron “cara a cara”, predominantemente en fiestas electrónicas en el Salón Metropolitano (calle Junín al 500), de las cuales participaban, según los registros policiales, Cicchirillo, Cabrera y un tercer sospechoso identificado como Marcelo V. Allí realizaban ventas tipo “pasamanos” de manera sigilosa en pleno desarrollo del evento.
Ese seguimiento permitió constatar al menos diez ventas el 6 de septiembre de 2024, otras 20 el 10 de octubre, y al menos 40 transacciones entre los días 8 y 10 de noviembre. De la misma manera, a Cicchirillo se lo captó en al menos dos ventas en su domicilio de la calle Gaboto al 5700 el 4 de octubre; y en otras seis el 22 de noviembre, en inmediaciones de un gimnasio que frecuentaba, ubicado en avenida Pellegrini y bulevar Avellaneda.
La segunda modalidad era tipo “delivery”. Para ello el principal acusado y su pareja utilizaban un auto Chevrolet Cruze, se dirigían al punto de encuentro con el comprador, lo subían al vehículo, daban una vuelta a la manzana y lo dejaban en el mismo lugar. Así, se constataron al menos doce ventas en la semana del 8 al 15 de noviembre.
Para avanzar en la investigación y confirmar las maniobras, la fiscalía dispuso la intervención de un agente revelador, algo que fue autorizado por el juez de garantías. Un investigador se hizo pasar por presunto comprador de drogas y mantuvo conversaciones con el vendedor que se identificaba en redes con el alias “Willy Wonka”.
La oferta de “Willi Wonka”: Cris, Pantera Rosa y Ositos
“Holi, ¿cómo estás? ¿Pregunta, te quedan rolas? Me pasaron tu número en la última fiesta que se hizo en el metro, te compró una amiga esa noche”, consultó el agente encubierto en uno de los chats por Telegram que quedó registrado durante la investigación. Al rato, Willi Wonka proporciona una lista con precios de las drogas de diseño, y donde se detallan las opciones: “Cris”, “Pantera Rosa”, “Ositos”, “Carteristas Gucci”, “Jey Jey ex Bukele”, cada una acompañada por emoji representativo.
En otra conversación con un supuesto comprador, reveladora de los hechos, Cicchirillo trató de mantener cierto resguardo. “Hola, Bro, ¿qué tal? ¿Quién te pasó mi número”? Y luego envía un mensaje de voz donde dijo: “Brother, si no te jode, te voy a hacer unas preguntas, porque yo en realidad le vendo solamente a los del círculo cerrado y a recomendados de gente que conozco. Espero que me entiendas. Si no te jode, te pregunto unas boludeces y corroboro”.
Con las vigilancias, seguimientos e interceptaciones telefónicas se corroboró la comercialización de estupefacientes. Una vez que la tarea investigativa determinó el modo en que operaba el grupo, el 6 de diciembre de 2024 se realizaron los allanamientos donde se produjeron las detenciones y se secuestraron elementos de interés.
En el domicilio de Cicchirillo se incautaron 448 pastillas de éxtasis; comprimidos (trozos) de éxtasis/MDMA por un peso de 11,4 gramos, y cristal de metanfetamina “ice” por un peso de 2,4 gramos. El dueño de casa quedó detenido luego de tratar de ocultar una bolsa de nailon con los estupefacientes en la terraza.
El material secuestrado fue enviado a la División Laboratorio Químico de la PFA, que mediante un peritaje constató la existencia de MDMA (metilendioximetanfetamina), conocida como éxtasis, y ketamina.
Respecto de Cabrera, en ese momento se ordenaron medidas, pero no quedó detenida. Se le secuestró un teléfono iPhone 13 del que se obtuvo información que confirmó la teoría del caso, ya que, del análisis de mensajes que intercambiaba con Cicchirillo, se estableció que, si bien no tenía dominio del negocio, prestaba colaboración en la logística, como responder a la toma de pedidos y el fraccionamiento de las drogas.
Para el MPF, la hipótesis que se construyó a partir de las tareas desplegadas se vio confirmada con el hallazgo de los estupefacientes en poder del principal investigado. De idéntico procedimiento practicado sobre el domicilio del tercer implicado -Marcelo V.- no se obtuvieron elementos de interés.
En la audiencia de formalización de investigación celebrada el 9 de diciembre de 2024 ante el juez Vera Barros, se le imputó a Cicchirillo, Cabrera y Marcelo V. la comercialización de pastillas de éxtasis (MDMA) y cristal. Luego, con el avance de la pesquisa, se solicitó el sobreseimiento de Marcelo V., ya que del análisis de su teléfono tampoco surgieron elementos de cargo.
Disponibilidad en flagrancia
Los fiscales Benetti y Alberdi iniciaron conversaciones con la defensa para resolver el caso mediante un procedimiento abreviado instrumentado a través de un acuerdo pleno. En esa instancia los imputados manifestaron comprender su alcance, reconocieron su participación en los hechos, las pruebas que fundaron la acusación, la tipificación legal y aceptaron la pena propuesta.
Al desarrollar la justificación de la calificación legal escogida en el marco del acuerdo, los fiscales dieron por probada la tenencia de los estupefacientes, y su disponibilidad para Cicchirillo y Cabrera, quienes residían en el lugar donde se hallaron. “Desde nuestra teoría de caso, la flagrancia en la que fue sorprendido demuestra de manera contundente la disponibilidad del dinero y la droga”, recalcaron.
Además, indicaron que “se lograron documentar diferentes modalidades de venta en las que participaban los imputados, las que, junto con las declaraciones de los investigadores, los audios captados en las intervenciones telefónicas y el material hallado, despejan cualquier tipo de duda sobre la finalidad”.
Con el Ministerio Público Fiscal de la Nación