El día que Hinojo dejó de respirar: el fin de la fábrica de bolsas y la bomba de tiempo que hace temblar al cemento argentino

Buenos Aires, 12 de abril de 2025.- La noticia llegó como un mazazo en la tarde gris de Hinojo, una localidad del partido de Olavarria. Después de 65 años de latir al ritmo de las máquinas, Fabi Bolsas Industriales —la fábrica de envases de papel que abastecía a gigantes como Loma Negra y Cementos Avellaneda— bajó sus persianas para siempre.

En un pueblo de apenas 3.000 habitantes, donde casi todos se conocen, el anuncio dejó sin sustento a 100 familias. No hubo preaviso, ni tiempo para digerirlo. “Nos dijeron hoy que se cerraba hoy mismo”, relata un operario, mientras recoge su indemnización en un sobre que, sabe, no alcanzará para llenar el vacío de un futuro incierto.

El cierre no es un hecho aislado. Es la última pieza en caer dentro de un dominó que comenzó con los despidos masivos en Loma Negra —la cementera que sostiene Olavarría— y que ahora se extiende a contratistas y talleres externos. La razón, fría y contundente, la repiten tanto los directivos chilenos de CMPC (matriz de Fabi) como los informes económicos: las ventas se evaporaron. Para la fábrica de bolsas, el golpe vino de un aparato industrial asfixiado por el ajuste; para Loma Negra, de la paralización de la obra pública, su oxígeno histórico.

El mapa de la desolación

Los números pintan un escenario desgarrador: 120 puestos perdidos entre empleados directos y tercerizados, indemnizaciones negociadas a las apuradas —con un 15% extra para quienes aceptaran irse en silencio— y un pueblo que mira con escepticismo las promesas de “capacitación para la reinserción laboral”. Mientras, en el Ministerio de Trabajo ya revisan expedientes, pero las soluciones parecen tan lejanas como Santiago, donde la familia Matte, dueña del holding chileno, toma decisiones que resuenan en las calles de tierra de Sierra Chica y Sierras Bayas.

Pero Hinojo es solo un eslabón. Desde que Javier Milei asumió la presidencia, el sector privado ha perdido 118.019 empleos registrados —según el CEPA—, y el público, otros 45.513. El Correo Argentino, Aerolíneas, el Conicet y hasta el Banco Nación encabezan la lista de recortes. Las estadísticas del INDEC agravan el diagnóstico: 1,45 millones de desocupados, con un 27.6% que lleva más de un año buscando trabajo sin éxito.

Loma Negra: la otra bomba de tiempo

Mientras Hinojo llora su fábrica, Olavarría aguanta la respiración. InterCement, el grupo brasileño que controla el 52% de Loma Negra, avanza en la venta de su participación. Entre los interesados sobresalen Marcelo Mindlin (Pampa Energía) y gigantes como Votorantim, pero nadie garantiza que los nuevos dueños mantendrán los empleos. La cementera —con 34 plantas y 6.000 trabajadores— ya sufrió el recorte de 96 puestos en 2023. Ahora, su supervivencia depende de un ajedrez complejo: la quiebra de Camargo Correa en Brasil y la sequía de obra pública en Argentina, que representaba el 45% de sus ventas.

Pese a todo, hay un hilo de esperanza. Sergio Faifman, CEO de Loma Negra, insiste en que el agro, la minería y el RIGI podrían reactivar la demanda. El cuarto trimestre de 2024 mostró una leve mejoría —153 millones de pesos de ganancia—, pero en un país donde el cemento y el papel ya no encuentran compradores, los discursos optimistas suenan a consuelo.

Epílogo: las persianas y el futuro

En Hinojo, las luces de Fabi Bolsas Industriales se apagaron sin ceremonias. En Olavarría, las chimeneas de Loma Negra humean menos que antes. Dos símbolos de un mismo drama, donde las cifras macroeconómicas tienen nombre y apellido: son los hijos que emigran, los comedores que se llenan, las plazas donde ahora se habla de “reinventarse”.

Comunicado de FABI Bolsas Industriales: La despedida de una era en Hinojo

Tras 65 años de historia, la empresa confirmó el cierre definitivo de su planta en Olavarría y detalló las medidas para los trabajadores afectados

En un comunicado oficial, FABI Bolsas Industriales confirmó este jueves el cierre inmediato de su planta ubicada en Hinojo, partido de Olavarría, poniendo fin a más de seis décadas de presencia en la comunidad. La decisión, calificada como “irreversible” por la compañía, llega tras un exhaustivo análisis de viabilidad y marca el epílogo de una historia industrial que supo ser pilar económico de la región.

Las razones detrás del adiós

El documento corporativo no dejó lugar a dudas: “A pesar de los esfuerzos por reestructurar nuestro modelo productivo y evaluar todos los escenarios posibles, la operación ya no es sustentable”. Esta frase sintetiza el ocaso de una fábrica especializada en envases para cemento, azúcar y fertilizantes, cuyo destino quedó atado al declive del sector que abastecía.

Con NA/Lu32