Rosario, Santa Fe, 11 noviembre 2024.- El jefe de la barra brava de Rosario Central, Andrés ´Pillín´ Bracamonte, presagió su homicidio del sábado hace algunas semanas atrás y advirtió que la ciudad santafesina se incendiará por su crimen.
El sábado 9 de noviembre, luego del partido entre Rosario Central y San Lorenzo hubo una emboscada en en la interseción de las calles Ibarlucea y Bulevar Avellaneda, a 600 metros del estadio Gigante de Arroyito, en el cual fueron asesinados a balazos el líder de la barrabrava de Rosario Central Andrés “Pillín” Bracamonto y si mano derecha Daniel “Rana” Atardo.
Tras finalizar el encuentro las víctimas fueron interceptadas por tres sicarios a pie que abrieron fuego a corta distancia contra ambos barras, que transitaban en una camioneta Chevrolet S10 blanca y recibieron diez impactos de bala.
Atardo perdió la vida de manera instantánea, mientras que Bracamonte fue trasladado al Hospital Centenario donde falleció minutos después.
“Rana” Atardo, mano derecha de “Pillín” Bracamonte, jefe de la barra conocida como “Los Guerreros”, justamente en el día anterior había empezado a ser juzgado por violencia de género, a raíz de denuncias de su expareja.
Sin lugar a dudas, el asesinato a sangre fría de Andrés Bracamonte conmovió a todo Rosario que, nuevamente, es noticia por la cruda y violenta realidad en la que está envuelta hace más de una década.
El salvajismo en el que viven los rosarinos hace añares se debe al narcotráfico que se apoderó de la metrópolis santafesina, lugar que se convirtió en el epicentro de la guerra entre los dos bandos que quieren manejar el negocio en la ciudad y el fútbol no está exento a este conflicto.
Hace casi 30 años que Bracamonte lideraba a “Los Guerreros”, la hinchada de Rosario Central, y hace algunas semanas presagió su fatal desenlace del sábado en la intersección de las calles Reconquista y Avellaneda: “Si me matan la ciudad se incendia. Los Menores se quieren quedar con parte de la ciudad. Cuando me dispararon en el parque Alem Los Monos me ofrecieron hacer una cacería esa misma noche. Me ofrecieron diez autos con gente armada para salir a buscar a los que me habían disparado. Yo los paré porque no quiero volver a la cárcel”.
“Yo soy distinto. Vivo bien, no me drogo, no tomo, no fumo. Tengo todo en blanco. Mi empresa de baños químicos está impecable. Me cuido para vivir una buena vida” agregó la barra brava de 53 años que aseguraba que ´Los Menores´, un grupo de sicarios organizados de Rosario, querían parte del negocio de la zona norte de la ciudad.
Justamente, Bracamonte se enfrentó en el último tiempo con Matías Gazzani, el líder de este grupo, y del cual aseguró que “está prófugo desde marzo. Nadie lo encuentra. Se dice que está en Buenos Aires, pero lo vimos varias veces paseando por Rosario en un Mercedes Benz”.
Según el ya ex jefe de la barrabrava del ´Canalla´, este grupo lo quería correr del manejo de la hinchada hace tiempo y fueron los perpetradores del ataque sufrió en el parque Alem en el último clásico ante Newell´s en agosto donde tres balas le atravesaron la espalda pero, tras ser atendido en una guardia, Bracamonte volvió a la calle como si nada hubiese pasado. “Me intentaron matar 29 veces. Esas son la cantidad de cicatrices que tengo en el cuerpo. Todos son balazos” aseguraba Bracamonte.
Para referirse al dramático y sangriento presente que vive Rosario, ´Pillín´ no anduvo con vueltas y afirmó que la ciudad “quedó llena de sangre porque son todos unos descerebrados. Todos se creen Pablo Escobar, y están todos presos o enterrados. Nunca entendieron el negocio y se empezaron a matar por el control de dos cuadras. ¿Cuál es el negocio si terminas en el cementerio o en la cárcel, que es lo mismo?”.
“Durante mucho tiempo nadie puso un freno a esto. Para estar en esto tenés que ser un pesado, pero eso no quiere decir que te tengas que convertir en un psicópata. Yo me sigo agarrando a trompadas, pero jamás ordenaría que maten a un chico. En Rosario se rompieron códigos que hicieron que todo se vaya a la mierda” sentenció quién lideró la barra brava de Rosario Central durante casi 30 años.
El fiscal Alejandro Ferlazzo, uno de los que investiga el doble crimen del jefe de la barra brava de Rosario Central Andrés “Pillín” Bracamonte y su ladero Daniel Raúl “Rana” Attardo, pidió un informe a la Municipalidad para saber por qué no funcionaban las luminarias públicas en el lugar donde fue el ataque a tiros.
Según Ferlazzo, recibió imágenes de cámaras de videovigilancia de la zona donde fue la emboscada, pero se analiza la calidad de las mismas, ya que el tramo de boulevar Avellaneda entre Reconquista y Del Valle Iberlucea estaba a oscuras.
En conferencia de prensa desde el Centro de Justicia Penal, Ferlazzo precisó que “no había luz” en 200 metros por Avellaneda, tanto en el momento previo al partido entre Rosario Central y San Lorenzo, como en la salida de los hinchas del Gigante de Arroyito. Añadió que el día anterior también había ocurrido algo similar, pero la electricidad había regresado en la madrugada del sábado.
“Pedimos informes sobre el desperfecto, que pudo ser aprovechado por los autores para atacar en ese lugar. No descartamos ninguna hipótesis”, afirmó.
El fiscal también indicó que Rosario Central ya le informó que no funcionaban las cámaras internas ni externas del estadio desde el 31 de octubre pasado, cuando el Canalla jugó de local ante Barracas Central. “No tienen registros fílmicos”, remarcó.
A su vez, comentó que hubo “muchos testigos presenciales” del doble crimen. “Llamamos a la colaboración, sabemos que hay muchos audios dando vueltas. Hacemos un llamado a que se presenten a colaborar para dar información sobre la mecánica del hecho. Garantizamos la extrema reserva y seguridad para hacerlo”, concluyó.
“Hay gente que dice que (los atacantes) estaban en moto. Son versiones. El ataque, por lo que tenemos, fueron tres que estaban caminando. Cómo se retiraron a partir del cúmulo de gente, no lo sé. Lo que pudimos confirmar es que todo el material balístico pertenece a una misma arma calibre 9 milímetros”, finalizó.
Con NA/Infobae