San Martín: tras un tiroteo detienen a falso comisario de Drogas Ilícitas de la bonaerense

Dentro del círculo rojo. El momento en que el falso comisario de Drogas Ilìcitas se enfrenta a los tiros con efectivos de la Comisaría San Martín 4 -José León Suárez- y del Comando de Patrullas. Recibió un disparo en la pierna derecha y terminó preso. Tiene un frondoso prontuario policial y judicial.

JOSÉ LEÓN SUÁREZ, 20 MARZO 2024 (MI PERIÓDICO).— Un delincuente con un frondoso prontuario que vestía ropas de la Policía de la provincia de Buenos Aires con la jerarquía de comisario fue aprehendido la noche del miércoles en la localidad de José León Suárez, en el municipio de Gral. San Martín, luego de tirotearse con verdaderos policías y tras recibir un impacto de bala en la pierna derecha.

Sucedió el martes 19.03.2024 a las 20:59, a metros del cruce de las calles Biarritz y Diag. 77, cuando efectivos del Gabinete Técnico Operativo de la Comisaría San Martín 4 —José León Suárez—, intentaron identificar a un sujeto que descendió de un Fiat Palio con pedido de secuestro para ingresar a una casa.

Llevaba colocada una remera con las inscripciones de “Drogas Ilícitas” y las insignias de comisario.

Sin embargo, al ver la presencia de los oficiales que realizaban recorridas en prevención de ilícitos y faltas contravencionales en un móvil policial identificable, el falso policía, acorralado, extrajo un arma que llevaba en la cintura y se resistió a los tiros.

Segundos más tardes, finalmente, al intentar huir a pie recibió un impacto de bala en la pierna derecha que lo inmovilizó y terminó preso.

Las imágenes del enfrentamiento armado quedaron registradas en una cámara de video privada.

El delincuente fue identificado como Miguel Eduardo Juárez, 55 años. Un sujeto con un frondoso prontuario policial que incluye varias condenas.

Durante el procedimiento la policía secuestró, entre otras cosas, un automóvil Fiat Palio, de color blanco, con pedido de secuestro activo del partido de Avellaneda, del 17 de enero de 2024 por el delito de robo. Equipos de comunicación. Una pistola calibre 22. Y un porta credencial de pecho con una chapa policial.

Quién es Miguel Eduardo Juárez

Entre ellas, en el año 2018, el diario Clarín daba cuenta de que El Tribunal Oral N° 2 de San Isidro homnologó un juicio penal abreviado por el que se condenó a dos años y ocho meses de prisión a Eduardo Miguel Juárez Tapia (51). La acusación: en un primer caso, llevar de paseo por cajeros automáticos a un hombre frente al cual se presentó como policía de la División Narcotráfico y amenazó con inventarle una causa; en un segundo caso, robarle a mano armada el auto a una mujer que estaba saliendo del Carrefour de Olivos.

Eduardo Miguel Juárez Tapia ganó una fugaz fama criminal en 2012 cuando, luego de salir de la cárcel, se calzó un uniforme de comisario inspector de la Bonaerense y, durante dos meses, hizo estragos en la zona sur del Conurbano.

Con una sangre fría envidiable, en 2012 Juárez Tapia realizó inspecciones en comisarías, enamoró y llegó a convivir con una reconocida comisaria de Berazategui, logró entrar y salir del Departamento Central de Policía en La Plata cuantas veces quiso y hasta se dio el lujo, en un acto oficial, de estrechar la mano del entonces ministro de Seguridad, Ricardo Casal, y de pedirle la capilla de la escuela a su director para casarse con su novia policía, dijo el diario Clarín en esa extensa nota periodística publicada el 26 de agosto de 2018.

el 5 de diciembre de 2012 la Policía intentó detenerlo en la casa de su novia, ambos se atrincheraron para resistir. Él porque sabía la que venía. Ella porque creía que su pareja estaba en una misión encubierta y los que atacaban eran narcotraficantes. 

Pero el falso comisario inspector fue preso y nadie se creyó su versión de que era un agente de la SIDE actuando encubierto. En 2014, el Tribunal Oral Criminal N° 2 de Quilmes lo condenó a 4 años y 10 meses de prisión. La pena se cumplió el 4 de octubre de 2017 y Juárez Tapia demoró apenas 48 horas en meterse en problemas.

Viejos hábitos

De acuerdo a la sentencia dictada ahora por el Tribunal Oral N° 2 de San Isidro, el 6 de octubre de 2017 una joven que estaba saliendo del Carrefour de Olivos con su Fiat Palio fue interceptada por un hombre armado.

El ladrón la encañonó, la hizo cambiase al lugar del acompañante y siguió con ella unas cuadras. Finalmente la tiró del Palio y se fue con el auto.

Ese ladrón era Juárez Tapia, quien aun conservaba la cédula verde del Fiat cuando la Policía lo detuvo el 26 de octubre siguiente. Volviendo a sus viejos hábitos, había irrumpido en un domicilio de Villa Ballester haciéndose pasar por policía de la “División Narcotráfico” (sic).

A sus víctimas de ese día -tres hombres- les dijo que podía evitar que les armaran una causa y se llevó a uno de ellos a recorrer cajeros automáticos para sacar efectivo. Mientras hacía esto, los otros dos avisaron a la Policía, que logró detener al ladrón con 12.000 pesos encima.

Acusado de dos robos simples, Eduardo Miguel Juárez Tapia volvió a su segundo hogar, el penal de Magdalena, donde ahora está alojado. Pero en su prontuario quedó demostrado que las rejas no limitan su ingenio.

Ya en 2002, estando detenido en la cárcel de Mercedes, Juárez Tapia se hizo pasar por policía con singular éxito pese al contexto adverso. Por entonces, usando dos nombres falsos y el cargo de subcomisario, engañó a una gestora y a un oficial inspector de Lomas de Zamora. A ambos logró estafarlos vía el teléfono público de su pabellón y la excusa de que se encontraba “encubierto” en el lugar, “en una misión especial”.

Así logró que  la gestora Cristina Isabel Alcántara, a quien en julio de 2002 llamó invocando el nombre de un policía amigo, le comprara una Calling Card (tarjeta de llamadas). Alcántara no debía preocuparse, le aseguró el falso policía, porque la cuenta telefónica sería pagada directamente por el Ministerio de Seguridad bonaerense.

En septiembre, la mujer recibió una cuenta de 1.206 pesos para pagar de la Calling Card que Juárez Tapia había usado entre el 24 de julio y el 3 de agosto. Una segunda factura fue aún peor: 2.134 pesos por el uso de la tarjeta entre el 4 de agosto y el 5 de octubre.

Pero eso no es todo. Usando esa tarjeta desde la cárcel entre el 22 de septiembre y el 10 de octubre de 2002 llamó varias veces al agente Ricardo Manuel Domínguez, de la Departamental de Lomas de Zamora. Esa vez dijo ser el subcomisario Jorge Fiallo y convenció al oficial principal Domínguez de que él era un jefe policial y que necesitaba que le hiciera un favor. De esta manera logró que le llevara una computadora a la cárcel, la cual vendió.

Personaje extraño, Eduardo Miguel Juárez Tapia ideó y ejecutó grandes engaños pero siempre terminó preso. Declarado “reincidente”, volverá a la calle el 25 de junio de 2020.