Tres de Febrero: nueva protesta de vecinos contra la construcción de una cárcel

Barrio El Libertador, Buenos Aires, Argentina, 20 may. 2022 (Mi Periódico).- Vecinos del barrio El Libertador se manifestaron nuevamente este viernes en contra de la iniciativa de la construcción de una cárcel en la zona que linda con la calle Río Tercero y Las Flores.

La protesta , que comenzó pasadas las 17:30, incluyó el corte parcial del Metrobus R8 a la altura de la calle 1 de Mayo, mano hacia el Camino del Buen Ayre.

Los vecinos pidieron ser escuchados por parte de las autoridades y reclamaron reubicación del proyecto

“No queremos una cárcel en nuestro barrio, queremos escuelas. Tuvimos que llegar a cortar la calle porque hay una decisión política tomada de parte de la municipalidad y del Gobierno provincial de avanzar con este proyecto que no nos trae ningún beneficio” aseguró Luis, un vecino del barrio en diálogo con miperiodico.

El fundamento del Gobierno provincial, que cuenta con apoyo municipal, es vaciar las comisarías de presos, la proximidad del interno con sus afectos que serviría para una mejor resocialización, visitas más asiduas, mayor contención emocional y menor cantidad de motines.

EL discurso de las autoridades para presentar el discurso de construcción es la vitalidad de recuperar la economía, de dinamizarla generando puestos de trabajo, pero lo cierto es que los vecinos aseguran que no les trae ningún tipo de beneficios.

Porque el problema de alojamiento de detenidos en la provincia de Buenos Aires es endémico, y lo que va a pasar es que la cárcel se va a llenar, al igual que las comisarías que no se van a vaciar.

“También hubo reunión de vecinos con concejales por el Frente de Todos, pero sólo se limitaron a decir que la obra es provincial y que la municipalidad sólo cedió las tierras que fueron declaradas de utilidad pública y sujetas a expropiación a mediados del año pasado”, dijo Ángel”, otro de los vecinos afectados por el proyecto.

“Pero a los vecinos nunca nos consultaron absolutamente nada. Las tierras pertenecían a una empresa privada”.

“Hoy para obtener una vacante en las escuelas del barrio hay que estar una semana acampando en la puerta.”.

“Este sería un lindo espacio para traer escuelas. Una cárcel no es una idea superadora para nosotros, y por eso estamos acá con los vecinos para que nos escuchen, y obviamente lo que queremos es que se reubique el proyecto”, agregó.

Una sociedad cuyos miembros estaban acostumbrados a conocerse entre sí de repente se va a ver inmersa en un universo de caras y dialectos nuevos, en el que va a ser imposible determinar las intenciones de los demás y cualquiera podía convertirse en una amenaza.

Una amenaza que van a terminar por degradar el barrio con la drástica desvaloración del precio de las propiedades a medida que se acerquen al espacio de la prisión, en la que los vecinos van a ser obligados a convivir en forma constante con la sensación de inseguridad, los motines y las fugas.