El acuerdo a un paso

Por Salvador Di Stefano

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, 27 ENE 2022.- El acuerdo con el FMI está muy cerca, pero el gobierno privilegia la estrategia electoral y no un cambio estructural. Déficit versus solvencia, emisión versus equilibrio fiscal, inflación versus crecimiento. Las claves de la negociación con el FMI como nadie te lo conto hasta ahora.

El resultado fiscal primario del año 2021 neto de los ingresos extraordinarios del FMI y el impuesto a la riqueza se ubicó en $ 1.651.103 millones, que equivale a U$S 16.069 millones o el 3,6% del PBI. Tomamos estos datos para poder proyectar al año 2022 una base de ingresos y gastos que podrían ser asimilables.

En este marco el gobierno le propone al FMI un déficit fiscal primario del 2,5% del PBI para el año 2022, mientras que el FMI le solicita un déficit fiscal primario del 2,0% del PBI.

Si bien parece una diferencia mínima, el esfuerzo fiscal a realizar sería de 1,1% del PBI en la proyección del gobierno argentino, y 1,6% del PBI según lo que pretende el FMI.

El acuerdo a 2 años

Si extendemos la mirada a los próximos 2 años, el gobierno desea tener herramientas para poder pelear las elecciones presidenciales. Esto implica más dinero en manos del Estado, populismo, discrecionalidad y gasto improductivo.  

Bajo la propuesta del gobierno, el déficit para el año 2022 sería de 2,5% y para 2023 del 2%, esto implica un déficit del 4,5% del PBI en 2 años.

En el mismo período el FMI le solicita un ajuste del déficit al 2,0% en el año 2022 y 1% para el año 2023, esto implica un déficit del 3,0% del PBI en 2 años.

La diferencia entre ambas propuestas es del 1,5% del PBI. Esto equivale a la mitad de los subsidios económicos (energía, transporte y otros) o el total de los gastos de capital que realiza el gobierno en un período.

El acuerdo con el FMI a 8 años vista

La propuesta del FMI es resultado fiscal de – 2,0 del PBI en el año 2022, – 1% del PBI en el año 2023, 0% del PBI en el año 2024, + 1% del PBI para los años 2025 al 2029.

El gobierno propone, resultado fiscal – 2,5% del PBI en el año 2022, – 2,0% del PBI para el año 2023, – 1,5% del PBI en el año 2024, – 1,0% del PBI en el año 2025, – 0,5% del PBI en el año 2026, 0,0% del PBI en el año 2027, + 0,5% del PBI en el año 2028 y 1,0% del PBI en el año 2029.

Entre la propuesta del gobierno y el FMI hay una brecha de 8,0% de PBI, en 8 años, que se utilizaría para mayor gasto en manos del Estado. Derroche asegurado.

El gobierno no cree que con un escenario de déficit 0% del PBI para el año 2024 y superávit del 1% para los próximos 5 años, podría generar un efecto riqueza en los ahorristas, ya que el precio de los bonos subiría considerablemente, pasando de niveles del 30% de paridad a niveles del 100%, esto bajaría la tasa de riesgo país, ayudaría a atraer crédito externo para el sector privado, dinamizaría la inversión, generaría más empleo formal privado y bajaría considerablemente los niveles de inflación. De esta forma a 3 años vista tenemos asegurada una baja en los niveles de pobreza.

Un presupuesto con superávit fiscal no requeriría financiamiento externo, y menos aún emisión espurea de dinero. Ingresaríamos en una nueva dinámica monetaria y cambiaria, que sería diametralmente opuesta a la que vivimos desde el año 2012 en adelante en donde convivimos con déficit fiscal primario.  

Lo que el FMI propone es un cambio estructural, en donde Argentina no tenga que convivir con endeudamiento externo y emisión de dinero. Esto nos permitiría una tasa de crecimiento que haría que el ratio deuda/PBI descienda, y nos permita ir refinanciando el stock de deuda existente.

Si a esto le sumamos que la tasa de interés que pagamos por la deuda con el FMI es del 4% anual, y la inflación en Estados Unidos se ubica por encima de dicha tasa de interés, estaríamos viviendo un escenario de licuación de deuda muy importante, máxime cuando nos darán un período de gracia en donde no pagaremos amortización.

Argentina necesita tener superávit fiscal antes del año 2027 que es cuando comienzan a operar los grandes vencimientos de deuda, hasta dicho año debería mostrar un recorrido de superávit fiscal en las cuentas públicas para ser más creíbles en el mundo de los negocios, y conseguir refinanciar sus deudas a una tasa de interés baja.

Las deudas no se pagan, se muestra una buena conducta fiscal para lograr que los acreedores nos refinancien, Argentina con su propuesta busca seguir endeudando al país en pesos o bien sosteniendo un horizonte de alta inflación, con una distribución de recursos antojadiza, porque por un lado brinda subsidios, pero como los financia con emisión, la inflación termina llevándose el subsidio que otorgo.

Conclusión

1) La propuesta argentina al FMI es posponer el ajuste fiscal, y seguir en el circulo vicioso de financiar el déficit con emisión monetaria, cerrar la economía al mundo, no recibir inversiones, y dejar a los ahorristas sin alternativas viables con un alto riesgo país. Cepo al dólar y brecha altísima con el dólar libre.

2) La propuesta del FMI es recuperar los más rápido posible el superávit fiscal, para de esta forma dejar de tomar deuda para financiar gasto corriente, terminar con la emisión monetaria, mostrar señales claras al mundo de que se puede pagar la deuda pública, y atraer inversiones. Esto nos acercaría a eliminar el cepo después de 3 años de superávit fiscal en las cuentas públicas.

3) Lograr equilibrio presupuestario en 3 años es lo que el FMI le propuso a Ecuador (que ya cerró un acuerdo con el FMI), hoy los bonos de Ecuador rinden el 10% anual, mientras que Argentina muestra rendimientos del 25% anual. Recordar que ambos países realizaron una reestructuración de su deuda privada en el año 2020, que evidentemente no fue exitosa para Argentina.

4) El siguiente trabajo no tiene como fin entrar en una discusión maniquea entre la propuesta del gobierno argentino y el FMI. Desde estas columnas hemos bregado por terminar con el déficit fiscal, y la financiación del mismo tanto vía emisión monetaria como lo hace el Kirchnerismo o el endeudamiento en dólares como lo hizo el Macrismo.

5) Sabemos que lo ideal para Argentina sería refinanciar las deudas a mayor plazo y menor tasa, también sería ideal para cualquier privado, pero son las reglas de mercado. Si no hubiéramos tenido déficit fiscal primario recurrente desde el año 2012 a la fecha, no estaríamos discutiendo con el FMI.

6) En el año 2021 por cada $ 100 de gastos, los ingresos genuinos para financiarlo fueron de $ 76,60, con lo cual el déficit primario fue $ 23,40. Ninguna empresa sería sujeto de crédito con un déficit de esta magnitud, y esto es lo que cuenta cuando realizamos un flujo de fonos y nos sentamos a refinanciar deuda con el acreedor.

7) No nos engañemos, el superávit de las cuentas públicas, es lo único que nos puede ayudar a trabajar en un plan de desarrollo económico sustentable, lo demás es fulbito para la tribuna.