Sancor: el crédito del Banco Nación y el riesgo de ¿otro Vicentin?

Trece años después de ese suceso, Sancor y el Nación vuelven a encontrarse. El proyecto es encabezado por los empresarios Marcelo Figueiras (Laboratorios Richmond), José Urtubey (Celulosa Argentina) y Gonzalo Scaglion (La Capital de Rosario), que no van a poner dinero y con participación del gremio de la industria lechera (Atilra). Según reconocieron voceros de la empresa, una de las premisas del pacto rubricado será encontrar la manera de reducir una deuda que, hoy por hoy, asciende a los 400 millones de dólares.

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, 24 ENE 2022.- Esta vez a partir de una iniciativa que cuenta una vez más con la venia del Gobierno nacional: la constitución de un fideicomiso, dirigido por un grupo de empresarios no vinculado a la lechería, que tendrá a su cargo la gestión de la cooperativa.

Para que ello se concrete deberá desembolsar un crédito, en principio, de 60 millones de dólares, que se destinará a la compra de más materia prima, para aumentar la capacidad de procesamiento y de insumos.

En un momento en el cual la economía nacional tiene restringido el acceso a financiamiento del exterior, el camino más corto y seguro parece ser a través de la banca pública.

La relación entre el Banco Nación y la cooperativa láctea Sancor es de vieja data y no era muy diferente de la que cualquier empresa de capitales argentinos tenía con la principal entidad financiera pública del país. El vínculo, sin embargo, tuvo un quiebre en 2008, cuando, consumada la ayuda del gobierno de Venezuela a la compañía, el banco se vio “obligado” a aceptar una quita de 40% en la deuda financiera que tenía en ese entonces la firma láctea.

Quienes siguieron de cerca ese proceso sostienen que el grupo de técnicos del banco no estaba de acuerdo con esa quita en la acreencia.

Fuentes ligadas a la cooperativa láctea resaltaron que, pese a que la empresa está actualmente en equilibrio, necesita un fuerte aporte de capital para seguir creciendo y no seguir perdiendo peso en el negocio lácteo. En ese sentido, resaltaron que «Sancor hizo su parte» al aprobar la integración al fideicomiso, pero subrayaron que para que eso se debe concretar el aporte de capital comprometido por los inversores.

Según trascendió, en los primeros cinco años de este fideicomiso, todas las utilidades generadas en SanCor serán 100% invertidas en la firma, luego a partir del sexto y hasta el octavo año, este grupo de empresarios se quedará con el 50% y luego esa porción se incrementará hasta el 80%. A cambio, estos líderes no solo inyectarían dinero fresco en el corto plazo sino también serán la cara visible para que el Banco Nación aporte fondos de alrededor de u$s60 millones.

El plan es sacar a SanCor de su laberinto, es que la empresa acumula millonarias deudas, que serán de más de u$s200 millones y cuenta además con una gigante estructura laboral, actualmente emplea en forma directa a más de 1.200 personas, en un contexto en el que no posee palanca financiera para comprar la suficiente materia prima. En tanto, según explican en el sector luego de años de crisis, sus unidades productivas necesitan mejoras edilicias.

Más allá de que la cooperativa había manifestado la necesidad de contar con una ayuda de sólo 30 millones de dólares, con lo que se aseguraba llegar a una capacidad de procesamiento de 1,2 millones de litros de leche diarios sobre una capacidad de 1,5 millones de litros, una vez más se abre el interrogante sobre si el banco público debe salir al salvataje de una empresa privada.

La intención del grupo inversor es volver a contar con el financiamiento necesario para volver a procesar la cantidad de leche que le permite su capacidad instalada, tras la reestructuración concretada en 2017, que significó el desprendimiento de plantas y también de marcas y líneas de productos.

Sancor, empresa señera de la industria láctea argentina, permitió durante muchas décadas balancear el mercado de materia prima a favor de los productores. Llegó a procesar casi cuatro millones de litros diarios, contaba con 16 plantas, dos centros logísticos nacionales, sucursales en varios países de la región, negocios satélites extra lechería y sociedades internacionales de neto perfil exportador. También llegó a ser la número uno en exportaciones lácteas, en capacidad instalada y marca líder indiscutida (junto a La Serenísima) en la preferencia del consumidor nacional.

Pero por muchas circunstancias, entró en un período prolongado de crisis que se espiralizó en 2017, cuando fue prácticamente desguazada. Desde sus momentos, pasó de 1.200 productores socios a 200; de 5.000 empleados a 1.400 empleados; y de 3,5 millones de litros diarios de leche recibida a 550.000. La capacidad de procesamiento es de 1,5 millón de litros diarios.

En los últimos años, la Cooperativa vendió varios de sus activos a diversas compañías. Sin embargo, no logró reducir su pasivo y necesita fondos para aumentar su capacidad de procesamiento de leche.

El salvataje de SanCor ha sido desde hace tiempo una de las mayores preocupaciones del Gobierno porque justamente la cooperativa es una fuerte empleadora en provincias como Santa Fe y Córdoba. Así es que desde el oficialismo remarcan es que lo ideal es que no se profundice el desguace de la empresa que atravesó quizás su peor momento durante el Gobierno anterior cuando en apenas tres años (de 2016 a 2019) se desprendió de nueve plantas industriales.

Incluso diversos funcionarios declararon públicamente que la intención del Gobierno es apoyar con diversas herramientas financieras la reactivación de la empresa. Desde el ministro de Agricultura, Julián Domínguez y el jefe de Gabinete Juan Manzur, pasando por el ministro de Producción, Matías Kulfas y el presidente del Banco Nación, Eduardo Hecker, mantuvieron encuentros con representantes de la firma y el gremio ATILRA que nuclea a los trabajadores lácteos.

La unión de cooperativas viene en situación de derrumbe desde 2016 a esta parte. En el último tiempo no ha hecho más perder tamaño y presencia comercial.

En agosto pasado, el grupo venezolano Maralac se hizo cargo del gerenciamiento de Alimentos Refrigerados (ARSA), empresa que ostentaba el control de los yogures, postres y flanes de la marca argentina.

La firma totaliza hoy 1.750 empleados versus los 5.100 de hace apenas 4 años. Según fuentes de la actividad láctea, en la actualidad SanCor procesa el 10 por ciento del volumen de leche que llegó a manejar hace algo más de una década.

La empresa gestiona menos de 400.000 litros diarios siendo que en su mejor momento llegó a “mover” alrededor de 6 millones.

SanCor aún mantiene operativas sus plantas de Sunchales, Gálvez y San Guillermo, en la provincia de Santa Fe, y sendas instalaciones en Devoto, La Carlota y Balnearia, todas en territorio cordobés.

Dulce de leche, manteca, queso, leche en polvo y productos lácteos saborizados e infantiles, son los artículos donde aún dice presente en términos comerciales.

En los últimos años, este emblema de la lechería doméstica se desprendió de sus plantas en Charlone, Pozo del Molle y Centeno, transfirió su unidad de yogures, y luego vendió sus plantas de Morteros y Chivilcoy a la compañía Adecoagro –controlante de la marca Las Tres Niñas–.

La deuda: ¿Otro Vicentin?

Según reconocieron voceros de la empresa, una de las premisas del pacto rubricado será encontrar la manera de reducir una deuda que, hoy por hoy, asciende a los 400 millones de dólares.

La firma en cuestión posee deudas por alrededor de 6000 millones de pesos con la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) y otros entes oficiales.

También tiene compromisos con proveedores que fue tratando de ordenar a partir de un Acuerdo Preventivo Extra judicial (APE) que rubricó también con ex empleados y el gremio.

La decisión tiene un antecedente inmediato que enciende luces amarillas. Fue cuando en su momento el directorio del Nación tomó la decisión de prestar dinero a la empresa Vicentin, actualmente en cesación de pagos. Esa medida le valió al entonces presidente del banco, Javier González Fraga, su imputación por supuestas irregularidades en el otorgamiento de esos fondos.

Debe un banco estatal financiar una vez más a una empresa a la cual ya ha tenido que perdonar deuda? Al menos, debería ser la última opción, pero nunca la primera.

Con un nivel de procesamiento de leche que ronda en la actualidad los 650 mil litros por día, Sancor viene trabajando desde hace dos años a un ritmo que le permite afrontar los costos de su reestructuración financiera y operativa. Pero que no le permite crecer. Por eso la necesidad de buscar capitales para intentar –una vez más– crecer en recepción de leche y en la elaboración de productos.

En otro intento más por capitalizar a la cooperativa, su asamblea de socios aprobó recientemente por unanimidad su ingreso a un fideicomiso constituido por tres inversores privados, que no van a poner dinero, y con participación del gremio de la industria lechera (Atilra).

Para la constitución del fideicomiso, la cooperativa aportará las seis plantas (tres de ellas en Córdoba) que hoy tiene en actividad, el centro de distribución y la marca. Mientras, mantendrá para sí su carácter de proveedora de materia prima de la nueva empresa y algunos servicios que viene prestando.

En cuanto a las deudas refinanciadas –alrededor de 240 millones de dólares al día de hoy–, pasarán a ser parte del fideicomiso, que tendrá a su cargo el pago.

La condición que tiene el modelo avalado por el Gobierno es que, si no aparecen los fondos, el fideicomiso queda sin efecto.

Pero nadie tiene dudas de que el dinero aparecerá y un nuevo rescate estará en marcha.

La situación de Sancor

Desde 2017 la Cooperativa con base en la ciudad santafesina de Sunchales recorrió sus tiempos más complejos. Sin embargo con el detalle del Plan de Reestructuración, a partir del cual consiguió regularizar su deuda, generar planes de pago con proveedores y estados provinciales, de aquel piso de 350 mil litros de proceso diarios hoy se sitúa por encima de 650 mil. Además, SanCor entiende que ya no pelea el puesto entre las más grandes, sin embargo debe expandirse casi al doble del proceso de leche con el que trabaja actualmente.

Hace aproximadamente 18 meses se elaboró una versión actualizada de su plan, que aseguran podría permitir el crecimiento de la actividad, brindar certidumbre del pago de todas sus obligaciones y dar seguridad para su futuro. Así es que se estima alcanzar un volumen diario de producción de 1,2 millones de litros de leche, con proyecciones de 1,5 millones de litros. Pero para lograr dichas metas, es imprescindible acceder al financiamiento del capital de trabajo destinado a la mayor adquisición de materia prima e insumos.

En las últimas semanas, desde la tradicional cooperativa láctea vienen planteando que en este contexto es indispensable aumentar en el corto plazo el volumen de procesamiento de leche para evitar sobresaltos y dudas sobre sus posibilidades de éxito. Además desde el inicio del proceso de reestructuración, los directivos de SanCor se mostraron siempre dispuestos a dialogar y a escuchar ideas y propuestas que permitan salir de la difícil situación.

Además, en un reciente comunicado se había señalado que Sancor necesita acceder al financiamiento del capital de trabajo destinado a la mayor adquisición de materia prima e insumos. Para eso, es necesario contar con aportes financieros o de inversión de organismos y/o instituciones públicas y/o privadas, y la constitución de un Fondo de Garantías destinado exclusivamente a la compra de materia prima e insumos. Por último, los integrantes del Consejo de Administración de Sancor reclamaron apoyo gubernamental para el cobro de la deuda contraída por Venezuela por la provisión de leche en polvo. En este sentido, se solicitó la gestión pertinente a las autoridades nacionales, a través de la Cancillería.

De Venezuela queda un pendiente muy importante. De aquel salvataje de base, que se cerrara en 2008, terminaron agregándose otros negocios directos, sobre los que hoy quedan 18 millones de dólares por cobrar, por parte del gobierno “Bolivariano”.