ISIS contra los talibanes

Ataques del Estado Islámico en Jalalabad contra el nuevo gobierno

KABUL, AFGANISTÁN, 18 SEP 2021 — El Afganistán de los talibanes está lejos de estar pacificado y, como prueba de ello, es que a diez días de la toma de posesión del nuevo gobierno islamista, la ciudad de Jalalabad se vio sacudida por una ola de ataques que provocaron muertos y heridos.

La firma, con toda probabilidad, es del Estado Islámico (ISIS), que volvió a golpear, por primera vez, luego del retiro de Estados Unidos.

Pakistán, influyente vecino de los estudiantes coránicos, observa preocupado e intenta reforzar el nuevo régimen, alentando el intercambio del poder con las otras partes que componen el país.

Luego de la toma de Kabul, el 15 de agosto pasado, los talibanes prometieron devolver la seguridad luego de las devastadoras décadas de guerra. En cambio, en Afganistán, se continìa muriendo.

Y esta vez en Jalalabad, capital de la provincia oriental de Nangarhar, donde al menos 3 bombas explotaron casi en forma simultánea, una contra un vehículo talibán de patrulla.

El balance es de por lo menos 3 muertos y 18 heridos, entre ellos mujeres y niños, denunció un funcionario local, mientras las imágenes mostraron una pick-up con una bandera blanca del Emirato en medio de los escombros.

Todos los indicios convergen en los yihadistas del ISIS-K, la rama afgana de la organización terrorista Sunnita e intransigente como los talibanes, pero siempre en contraposición con los estudiantes coránicos, acusados de haber pactado con los occidentales.

El ISIS-K es muy activo en el este del país y el 26 de agosto ya desencadenó el caos en el aeropuerto de Kabul, en plena evacuación de los extranjeros, provocando una masacre.

Estos últimos desarrollos en el terreno son objeto de reflexión entre las potencias regionales. A partir, sobre todo, de Pakistán, de hecho el principal patrocinador de los talibanes. Imran Khan está nuevamente en escena para tratar de lograr una mediación que extienda el Ejecutivo conformado por los talibanes el 8 de setiembre que dejó afuera a los uzbekos, tayikos y hazaras.

El premier paquistaní comenzó nuevos diálogos con Kabul y otros líderes como el presidente de Tayikistán. “Luego de 40 años de conflicto, un gobierno inclusivo aseguraría paz y estabilidad en Afganistán y la región entera”, subrayó Khan.

También el Irán chiita teme la inestabilidad en sus puertas.

“No permitiremos que un grupo terrorista y el ISIS se encuentren cerca de nuestro confín”, advirtió el presidente Ebrahim Raisi.

La situación en Afganistán, por la fuerza de las cosas, será uno de los temas calientes de la Asamblea General de la ONU, que comenzará la próxima semana, mientras el G20, con la presidencia italiana, mantendrá una reunión “ad hoc” a fin de mes.

Las bombas yihadistas en Jalalabad explotaron en una jornada simbólica por el nuevo curso talibán: la reapertura de las escuelas secundarias, pero solamente para los estudiantes y los docentes varones. Haciendo, de esta manera, añicos 20 años de progresos en la emancipación femenina (la alfabetización casi se duplicó).

“El futuro se muestra negro”, confió a la BBC una joven que soñaba con ser abogada. “Debo permanecer en casa y esperar que alguno golpee la puerta y me pida casamiento?”, se desahogó.

UNICEF pidió que “todas las muchachas puedan retomar los estudios sin ulteriores retrasos”, pero tal pedido corre el riesgo de caer en el vacío. Y más si se considera que los talibanes sustituyeron el Ministerio de las Mujeres por el “Ministerio de la Plegaria y de la Promoción de la Virtud”.

Los nuevos dueños del país cobran un resultado que alimenta su retórica contra los invasores. Estados Unidos admitió el “trágico error” de haber matado 10 civiles, entre ellos 7 niños, en un ataque con drones conducido contra sospechosos milicianos del ISIS en Kabul, el mes pasado.

Y no obstante las dudas de los medios estadounidenses y las denuncias de los familiares de las víctimas, hasta ahora el Pentágono defendió el “strike” directo contra una “amenaza inminente”. (ANSA).