Hasta le sacaron el patrullero de la zona para no molestarlos. En Tres de Febrero se fomenta la subsistencia de organizaciones criminales que ponen en riesgo la vida de los vecinos. El robo de coches es uno de los delitos más dañinos económicamente. Pero tienen la policía local tiene un truco para evitar que el accionar delictivo salga a la luz a través de las estadísticas. Y es no identificar las carrocerías abandonadas con las numeraciones, que no se borran por el fuego, y hacerlas pasar por chatarra. Así en el mapa del delito no hay “hallazgo de carrocerías de vehículos robados” en el área, y así encubren la actividad del crimen organizado y engañan a los fiscales y al Ministerio de Seguridad.
REMEDIOS DE ESCALADA, TRES DE FEBRERO, BUENOS AIRES, ARGENTINA, 6 ABR 2021 (Mi Periódico) — La seguridad ciudadana es una dimensión de la seguridad humana que el Estado debe garantizar, implementando políticas que promuevan el bienestar de las personas. La seguridad ciudadana “Tiene que ver con las obligaciones del Estado como garante de los derechos de quienes se encuentran bajo su jurisdicción”.
El robo de vehículos es un delito difícil de combatir. Esto se debe a que tiene muchas manifestaciones y puede suceder de maneras muy diferentes. Los robos se cometen con violencia, sin violencia, con la víctima conduciendo, caminando hacia el vehículo o sentada dentro del vehículo estacionado. Este delito además de frecuente y dañino, es variado y puede suceder en concurrencia con otros delitos.
En los fondos del Barrio Villa Esperanza, a 10 cuadras de la Comisaría Tres de Febrero 11 –Remedios de Escalada-, no sólo operan bandas de roba y corta coches con total impunidad, sino que, además, la venta de drogas está por todos lados.
Pero es tan monstruosa la corrupción que hay en las filas policiales y municipales, que hasta habían retirado el patrullero que recorre esa zona para no molestar a los compradores de droga y para que los coches robados puedan ingresar por la calle San Javier, hasta llegar al Arroyó Morón, en donde una banda de malvivientes opera tranquilamente para desmantelarlos, sin que nadie realice el menor esfuerzo para reducir el crimen organizado o la criminalidad común.
Hay coches además desmantelados además a orillas del arroyo, a la altura de la calle San Luis y Francisco Sierra. ¿Cómo se explica que el delito sea focalizado y que la policía no vea los rastros que deja el crimen organizado? ¿Acaso no ven las carrocerías prolijamente desmanteladas y luego incendiadas?
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Cualquiera supondría que en un barrio con tres entradas se podrían `prevenir la modalidad delictiva e incluso detener los vehículos que sacan las autopartes del barrio para ser comercializadas afuera. Pero nada de eso sucede. Extraño, ¿no? Parece que las entidades encargadas de planear y ejecutar las acciones relacionadas con la persecución de los presuntos delincuentes, no tiene la menor intención de cumplir con sus obligaciones. Por lo visto por acá los “Ojos en Alerta” no existen.
Vecinos de la zona asegurar que es habitual ver densas columnas de humo desde varias cuadras a la redonda producto de la quema de vehículos una vez desmantelados. Los repuestos luego son sacados en camionetas que difícilmente son interceptadas por la policía. Es un negocio redondo. El crimen organizado goza de buena salud.
Pero, cuidado, porque las bandas en el barrio no operan solas. Sin duda necesitan que las autoridades miren para otro lado, y aquellos encargados de hacer cumplir la ley se conviertan en cómplices. En reguladores de la venta de droga. Son los que deciden quién vende y quién no, para tratar de evitar la disputa de territorios y que la venta siga en “modo silencioso”. Y de las estafas a las compañías de seguro por las falsas denuncias de robo para cobrar el siniestro.
Además, son los que le aseguran a la banda criminal de roba y corte coches la tranquilidad de que nadie va a interceptar los vehículos que salgan del barrio cargados con repuestos para la venta.
Una policía local y una municipalidad que desafían las órdenes judiciales para terminar con los microbasurales, no puede hacernos creer que tiene algún interés serio para enfrentar a las bandas criminales y a los delincuentes comunes.
Acá nadie se priva de nada. Hay sectores de la policía que están totalmente fuera de control, y que han sido penetrados por el narcotráfico y por la corrupción política que ha roto la cadena de mandos, frente a una Justicia que mira para otro lado.
La delincuencia ganó las calles: “Cuando los Ojos no están el Alerta”
En Tres de Febrero no sólo hay barrios en manos del crimen organizado, sino que además hasta se hacen fiestas clandestinas, como la del 14 de marzo, a 40 metros de la Comisaría Tres de Febrero 11 –Remedios de Escalada-, en donde más de 100 personas se alcoholizaron durante toda la madrugada de ese domingo furente a las mismas barbas de la autoridad que se mantuvo indiferente.
Fiesta que finalmente, como era de esperar, terminó de la peor manera. Con una pelea en el medio de la calle a golpes de puño, tiros, y dos heridos de bala.
Y estamos hablando de la Comisaría Tres de Febrero 11 –Remedios de Escalada- que levantó el patrullero que debía recorrer esa zona y el Barrio Villa Esperanza, en prevención de delitos y faltas contravencionales.Qué mejor manera de “liberar zonas” que sacar el patrullero de las calles para que justamente el crimen organizado opere con tranquilidad. La “mafia” agradecida.
Mientras que los vecinos honestos sufren las consecuencias de la monstruosa corrupción policial y municipal.
Sabemos que los gobiernos ejercen el monopolio de la fuerza mediante instituciones legalmente constituidas como es el caso de la Policía, a los que se les concede de acuerdo a la ley el poder de utilizar la fuerza cuando sea necesario, pero cuando el gobierno es débil o corrupto, o, quizá, sencillamente de una ineficacia total, se crea un vacío de poder que, como ocurre con cualquier vacío, se llena y es en ese momento en donde la mafia o las organizaciones de tipo mafiosos, asumen y ejercen el poder donde y cuando el gobierno no sabe, o no quiere ejercer el monopolio de la fuerza.
Y también sabemos que el repliegue y la corrupción en las filas policiales y municipales provocan que la ley se extienda irregularmente en importantes sectores de la sociedad bonaerense y dando lugar a que, en ciertos espacios territoriales, asentamientos precarios y las llamadas “villas miseria”, la ausencia de regulación estatal sea reemplazada por extendidas redes delictivas.
En estas situaciones, la distribución, venta y consumo de drogas ha pasado a constituir un rasgo novedoso y una actividad que impacta sensiblemente la vida social.
Áreas en donde la ineficacia estatal, favorece la conformación de poderes locales autónomos respecto de la legalidad formal vigente y permite la articulación de formas violentas de dominación social protagonizadas, en general, por los grupos o bandas delictivas que despliegan sus actividades en el interior de los asentamientos territoriales.
La criminalidad protagonizada por organizaciones delictivas que cuentan con un amplio despliegue logístico y operativo, y cuya actividad ilegal apuntan a la generación de un alto nivel de rendimiento económico.
En Tres de Febrero se fomenta la subsistencia de organizaciones criminales que ponen en riesgo la vida de los vecinos. El robo de coches es uno de los delitos más dañinos económicamente.
Pero la policía local tiene un truco para evitar que el accionar delictivo salga a la luz a través de las estadísticas. Y es no identificar las carrocerías abandonadas con las numeraciones, que no se borran por el fuego, y hacerlas pasar por chatarra. Así en el mapa del delito no hay “hallazgo de carrocerías de vehículos robados” en el área, y así encubren la actividad del crimen organizado y engañan a los fiscales y al Ministerio de Seguridad.
Estamos muy lejos de un servicio de policía basado en la eficiencia: que despliegue una actividad preventiva y de atención directa ante las necesidades de la comunidad, la mitigación del crimen, otorgando la detección y la captura del delincuente o criminal.
La acción preventiva conjuga la responsabilidad del Estado en la formulación de políticas de inversión social en educación, empleo y salubridad, para desestimular focos de oferta para el crimen, fundamentadas en la infancia y adolescencia.
La criminalidad es tan vieja como la historia de la humanidad, desde los contrabandistas y el negocio ilícito de la seguridad y protección en la antigua Roma, pasando por todo el entramado de las estructuras que florecieron con la piratería en el siglo XVII hasta llegar a los ciber delincuentes actuales y a un comercio global específico en el segmento de drogas de miles de millones de dólares al año.
Controlar al crimen organizado y reducir al mínimo su capacidad de dañar a la sociedad depende no solo del aparato del Estado, desde la perspectiva de las instituciones policíacas, de la justicia aplicada por los jueces y de las leyes aprobadas por los legisladores, sino también de la movilización de la ciudadanía en contra de esta amenaza, debiéndose exigir públicamente la aplicación estricta de la ley y de la fuerza coercitiva del Estado en contra de esta amenaza, ya que las mafias o el crimen organizado prosperan en el abismo que separa el Estado de la sociedad pero, si se consigue unir ambos, se puede luchar en contra del Crimen Organizado. AMPLIAREMOS