En el centro de Argentina, vientos secos avivan las llamas que los bomberos no pueden contener

BUENOS AIRES, 25 SEP 2020 (Reuters) – En las praderas y el terreno montañoso de la central provincia argentina de Córdoba, el clima seco y los fuertes vientos avivan las llamas que están en camino de superar a las de años anteriores mientras los bomberos luchan por controlar los incendios.

Los incendios en lo que va de año han quemado al menos 48.000 hectáreas en esa provincia, según el servicio nacional de manejo de incendios, causando daños a la propiedad y casi envolviendo un centro de observación espacial.

Las imágenes mostraban a principios de esta semana incendios que avanzaban sobre los bosques y la maleza seca de la región, con espesas columnas de humo que se elevaban a su paso. Los bomberos usaron helicópteros y aviones para contener las llamas.

En algunas áreas, gracias a las lluvias, los incendios se controlaron en los últimos días. Sin embargo, el fuego todavía está en camino de extenderse más en algunas zonas, dijo Juan Pablo Argañaraz, un biólogo en Córdoba que siguió el progreso.

“Normalmente hay alrededor de 53.000 hectáreas (quemadas) por año”, dijo Argañaraz sobre las áreas de Córdoba que estudió anteriormente. “Ahora, entre los que ocurrieron en el mes de agosto, estaríamos cerca de las 90.000 hectáreas, es decir, más que el promedio”.

Funcionarios de la justicia provincial investigan la causa de los incendios en medio de sospechas de que fueron provocados por ganaderos que despejan los pastos para dar paso a un nuevo crecimiento, una práctica común en el país. El clima seco permitió que los incendios se extendieran rápidamente.

Estos incendios coinciden con los de humedales en la región argentina del delta del Paraná, otra área de preocupación para los científicos por su suelo rico en carbono. A su vez, enormes incendios están envolviendo áreas de humedales de Brasil.

Funcionarios de Córdoba cerraron las rutas de tránsito para contener las llamas y traer equipo de extinción de incendios. Algunas casas se destruyeron entre julio y agosto, aunque las autoridades dijeron que habían logrado evitar más daños.

“Estamos moviendo equipo pesado que tenemos trabajando aquí en Las Jarillas donde tuvimos que proteger muchas residencias. Por suerte no se han quemado casas; algunos vecinos han sido evacuados”, dijo Diego Concha, director del departamento de defensa civil de Córdoba.