¿Estás vacunado y temes contagiarte? Tenemos siete respuestas para ti

Si estás inmunizado, debes pensar en una serie de variables como tu salud en general, el lugar donde vives y los riesgos que corres en tu vida diaria.


Por Tara Parker-Pope

19 SEP 2021 (New York Times) — Muchas personas buscan respuestas concretas sobre qué pueden y qué no pueden hacer después de vacunarse contra la COVID-19. ¿Se puede viajar? ¿Debería asistir a una boda con muchos invitados? ¿La variante delta hace que sea más riesgoso pasar tiempo con mi abuela aunque esté vacunada?

Sin embargo, no hay una respuesta única para todas esas preguntas porque el riesgo varía de un individuo a otro, con base en su estado general de salud, dónde vive y con quiénes convive. El punto clave es que las vacunas brindan una gran protección contra las complicaciones graves y, con algunas precauciones, permitirán que las personas vuelvan a tener vidas más normales, afirman los expertos. Un estudio reciente en el condado de Los Ángeles mostró que, aunque las infecciones posvacunación pueden ocurrir, las personas no vacunadas tienen 29 veces más probabilidades de ser hospitalizadas por COVID-19 que las vacunadas.

Los expertos afirman que la ansiedad sobre los contagios posvacunación sigue siendo generalizada y, en parte, es impulsada por las noticias atemorizantes y las expectativas poco realistas sobre la función de las vacunas.

“Hay una gran falta de comunicación sobre los riesgos reales para las personas vacunadas y cómo deberían pensar en las actividades de su vida”, dijo Ashish K. Jha, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Brown. “Hay personas que piensan que hemos vuelto al punto de partida, pero estamos en una posición mucho mucho mejor”.

Aunque la variante delta está causando un aumento de infecciones en varias zonas de alto contagio en todo Estados Unidos, incluyendo Florida y Luisiana; a la larga, la pandemia se acabará. Llegar a ese momento requerirá medidas de precaución continuas durante los próximos meses, pero las personas vacunadas tendrán más libertad de disfrutar la vida que durante los primeros confinamientos.

A continuación, respondemos algunas preguntas comunes sobre lo que viene.

Para entender por qué no hay una respuesta sencilla a esta pregunta, piensa en otro riesgo común: manejar durante una tormenta de nieve. Aunque sabemos que decenas de miles de personas sufren lesiones o mueren cada año debido al hielo en los caminos, tu riesgo individual depende de las condiciones locales, la velocidad a la que viajas, si usaste el cinturón de seguridad, las características de seguridad de tu vehículo y si te encuentras con un conductor imprudente.

Tu riesgo individual de contagiarte de COVID después de la vacunación también depende de las condiciones locales, tu salud general, las medidas de precaución que tomes y la frecuencia con la que te expongas a personas no vacunadas que podrían portar el virus.

“Las personas quieren que les digan qué hacer: ¿es seguro hacer esto?”, dijo Sharon Balter, directora de la División de Control y Prevención de Enfermedades Transmisibles del Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles. “Lo que podemos decir es: ‘Estas cosas son más riesgosas y estas son menos riesgosas’”.

A medida que la variante delta aumentó del 1 de mayo al 25 de julio, el equipo de Balter recolectó datos de vigilancia que nos dan un panorama más claro sobre la diferencia de riesgo para los vacunados y los no vacunados. Estudiaron infecciones en 10.895 personas con el esquema completo de vacunación y 30.801 sin inocular. Los datos mostraron que:

  • La tasa de infección de personas sin vacunar es cinco veces mayor a la de las vacunadas. Al final del periodo de estudio, la incidencia ajustada por edad de COVID-19 entre personas no vacunadas era de 315,1 por cada 100.000 casos durante un periodo de siete días en comparación con la tasa de incidencia del 63,8 por cada 100.000 personas vacunadas. (El ajuste de edad es un método estadístico empleado para que los datos sean representativos de la población general).
  • La tasa de hospitalización entre los vacunados fue de 1 por cada 100.000 personas. La tasa de hospitalización ajustada por edad entre las personas no vacunadas fue de 29,4 por cada 100.000.
  • Las personas de mayor edad que estaban vacunadas fueron más vulnerables a la enfermedad grave después de una infección posvacunación. La edad promedio de las personas vacunadas que fueron hospitalizadas por COVID era de 64 años. Entre las personas no vacunadas que fueron hospitalizadas, la edad promedio era de 49 años.
  • La variante delta parece haber incrementado el riesgo de contagios posvacunación entre las personas inmunizadas. Al principio del estudio, antes de que la variante delta fuera dominante, las personas sin inmunizar se infectaban diez veces más que las vacunadas. Para el final del periodo de estudio, cuando la delta representaba casi el 90 por ciento de los contagios, era cinco veces más probable que las personas sin inocular se infectaran en comparación con las vacunadas.

Aunque las personas no vacunadas corren el mayor riesgo de contraer y propagar el coronavirus, también es posible que las vacunadas se infecten y transmitan la enfermedad a otros. Un brote reciente en Provincetown, Massachusetts, donde miles de personas se reunieron en bares y restaurantes, mostró que a veces las personas inmunizadas pueden propagar el virus.

A pesar de eso, muchos expertos creen que el riesgo de contagiarse por medio de una persona vacunada todavía es relativamente bajo. Jha destacó que tras un brote entre trabajadores vacunados y no vacunados en el aeropuerto de Singapur, estudios de rastreo indicaron que la mayor parte del contagio por parte de personas vacunadas ocurrió cuando tenían síntomas.

“Cuando hemos visto brotes, como el que se produjo entre el equipo de los Yankees hace unos meses y otros casos, las personas casi siempre presentan síntomas cuando la están propagando”, explicó Jha. “La propagación presintomática o asintomática podría suceder, pero no la hemos visto entre personas vacunadas con ninguna frecuencia”.

Otro estudio de Singapur analizó a personas vacunadas y no vacunadas que contrajeron la variante delta. Los investigadores detectaron que si bien las cargas virales en los trabajadores vacunados y no vacunados son similares al inicio de la enfermedad, la cantidad de virus disminuye más rápidamente en los vacunados después de la primera semana, lo que sugiere que las personas vacunadas pueden propagar la enfermedad durante un periodo de tiempo más corto.

En muchos casos será seguro, pero la respuesta depende de una serie de variables. El riesgo es menor con unos pocos familiares y amigos cercanos que con un grupo grande de personas que no conoces. Las reuniones al aire libre son más seguras que las reuniones en espacios interiores. ¿Cuál es la tasa de transmisión comunitaria? ¿Qué ventilación hay en la habitación? ¿Tienes problemas de salud subyacentes que te harían vulnerable a las complicaciones de la COVID-19? ¿Alguna de las personas vacunadas tiene fiebre, resfriado o tos?

“La gran pregunta es si cinco personas pueden sentarse alrededor de una mesa sin cubrebocas, si sabemos que todas están vacunadas”, dijo Jha. “Creo que la respuesta es sí. Las posibilidades de que alguien propague el virus en ese contexto son extremadamente bajas. Y si alguien propaga el virus, las demás personas no se enfermarán demasiado. Creo que la mayoría de nosotros no deberíamos temer a las complicaciones graves, al punto de no tolerar hacer las cosas que realmente valoramos en la vida”.

Para celebraciones más grandes o incluso reuniones pequeñas a las que asistan personas muy vulnerables, la prueba rápida de antígenos con kits caseros puede reducir el riesgo. Pedir a las personas que se hagan una prueba unos días antes del evento, y el día del encuentro, agrega otra capa de protección. Abrir ventanas y puertas o agregar un filtro de aire HEPA son medidas que también pueden ayudar.

Es probable que los niños menores de 12 años no puedan ser vacunados hasta fines de año. Por lo tanto, la mejor manera de protegerlos es asegurarse de que todos los adultos y los niños de mayor edad a su alrededor estén vacunados. Un reporte reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) señaló que una maestra de primaria que no estaba vacunada, y no usaba cubrebocas, propagó el virus a la mitad de los estudiantes en un salón de clases.

Los estudios demuestran que las escuelas no han sido una causa importante de eventos propagadores de COVID, en particular cuando se toman las medidas necesarias de prevención. Una combinación de precauciones (uso de cubrebocas en espacios interiores, mantener a los estudiantes alejados por lo menos 1 metro dentro de las aulas, poner a los alumnos en diferentes cohortes o “burbujas”, fomentar el lavado de manos y las pruebas continuas, así como las cuarentenas) ha sido efectiva. Aunque muchos de esos estudios ocurrieron antes de que la variante delta se volviera dominante, también sucedieron cuando la mayoría de maestros, personal y padres de familia no estaban inmunizados, por lo que los expertos en salud pública tienen la esperanza de que las mismas precauciones funcionarán bien en el otoño.

Balter señaló que el uso de cubrebocas en las escuelas, las pruebas periódicas y una ventilación correcta harán que los niños estén más seguros. Y esas medidas y datos deberían tranquilizar a los padres.

“El grado de enfermedad en los niños es mucho menor que en los adultos”, dijo. “Analizas todas estas cosas, pero también hay muchas consecuencias por no enviar a los niños a la escuela”.

En muchos casos, será relativamente seguro que las personas vacunadas pasen tiempo sin mascarillas con un pariente de mayor edad. Sin embargo, el riesgo depende de las condiciones locales y las precauciones que el visitante haya tomado en los días previos a la visita. En las zonas donde la tasa de vacunación comunitaria es baja y las tasas de infección general son altas, se recomienda reunirse en exteriores o usar una mascarilla.

Si ya recibiste la vacuna, pero has estado yendo a restaurantes, reuniones con muchas personas o pasas tiempo con personas no vacunadas es buena idea mantener mayor distanciamiento social en los días previos a la visita de una persona mayor o vulnerable. Hacer una prueba en casa unos días antes de la visita, y el mismo día, agrega otro nivel de protección.

Gregg Gonsalves, profesor asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Yale, dijo que recientemente visitó a su madre de 87 años y no usó cubrebocas. Pero lo hizo porque ambos están vacunados y él sigue trabajando principalmente desde casa, además vive en un área altamente inmunizada y tiene un bajo riesgo de exposición. También está invirtiendo en kits de prueba caseros para asegurarse de que no contrajo el virus.

“Si asisto a una gran reunión, llena de gente, y tengo que ir a ver a mi mamá, me pondría una mascarilla”, dijo.

La respuesta depende de las precauciones que se hayan tomado en tu lugar de trabajo. ¿La compañía exige comprobante de vacunación para ir a la oficina? ¿Las personas no vacunadas son sometidas a pruebas de manera periódica? ¿Qué porcentaje de las personas en la oficina no están vacunadas? ¿Qué medidas tomó tu empresa para mejorar la calidad del aire en interiores? (Mejorar los filtros en los sistemas de ventilación y agregar purificadores de aire HEPA independientes son dos medidas simples que pueden reducir las partículas virales en el aire).

Las oficinas que exigen estar vacunado serán más seguras, pero la tasa de inmunización debe ser superior al 90 por ciento. Incluso una tasa de vacunación del 85 por ciento es insuficiente, dijo Jha. “No va a funcionar porque una persona de ese 15 por ciento sin vacunar causará un brote para cada individuo en ese cuarto”, explicó. “No quieres que un montón de personas sin vacunar anden por tu oficina”.

Las personas que obtendrán los mayores beneficios de las inyecciones de refuerzo son las personas de edad avanzada, los pacientes de trasplantes, personas con sistemas inmunitarios comprometidos o quienes tengan padecimientos subyacentes que los ponen en un mayor riesgo de sufrir complicaciones de COVID. Las personas que recibieron la vacuna Johnson & Johnson de dosis única también podrían ser buenas candidatas para una segunda dosis.

No obstante, muchos expertos afirman que las personas sanas con sistemas inmunitarios normales que recibieron una vacuna de dos dosis de ARN mensajero de Pfizer o Moderna no obtendrán grandes beneficios en este momento si se ponen una tercera inyección porque los anticuerpos que les dio la vacuna todavía ofrecen una protección sólida contra la enfermedad grave. Pese a esto, pareciera que el gobierno de Joe Biden continúa con los planes de ofrecer inyecciones de refuerzo al público en general a partir de la semana del 20 de septiembre.