La crisis afgana trae riesgos para Italia

Riesgo de lobos solitarios, aumenta custodia de sitios de EEUU

ROMA, ITALIA, 11 SEP. 2021 — La salida de las fuerzas de la OTAN de Afganistán galvanizó las filas yihadistas, que lanzaron una ofensiva propagandística en la web, con el riesgo de que “sujetos frágiles” puedan activarse para llevar a cabo acciones hostiles contra Occidente y en particular en Italia.

La amenaza de los “lobos solitarios”, efectivamente, fue indicada como “latente” por la ministra del Interior italiana, Luciana Lamorgese.

Los acontecimientos afganos, además -indica una circular del jefe de Policía Lamberto Giannini a prefectos y comisarios, para sensibilizarlos y que suban el control sobre los objetivos norteamericanos en ocasión del aniversario del 11 de septiembre- determinaron un aumento de la conflictividad entre “los varios grupos terroristas, tendientes a adquirir o confirmar un papel de liderazgo en el ámbito de la variada galaxia yihadista”.

Por lo tanto, máxima atención de parte de la inteligencia y el antiterrorismo, para prevenir toda señal de peligro con la intensificación de la actividad informativa sobre los ambientes extremistas.

El análisis sobre el estado de la amenaza terrorista para Italia fue efectuado al comenzar esta semana en el ministerio del Interior, en el curso del Comité Nacional para el Orden y la Seguridad Pública presidido por Lamorgese.

Ayer además se reunió el Comité de Análisis estratégico antiterrorismo para una confrontación sobre los últimos informes entre los agentes de inteligencia y las fuerzas de la policía.

Entretanto, en el vigésimo aniversario del 11 de septiembre preocupan las posibles acciones contra sitios estadounidenses sobre el territorio italiano.

De ahí la circular de Giannini que pidió “medidas de vigilancia y seguridad para proteger los objetivos diplomático-consulares, turístico-culturales y comerciales de Estados Unidos, así como de todo otro sitio u objetivo considerado en riesgo para la ocasión”.

Más allá del 11 de septiembre, la retirada occidental en Afganistán con la victoria de los talibanes está cambiando los equilibrios entre los diversos grupos terroristas, que -con Al Qaeda y el Estado Islámico a la cabeza- apuntan desde hace años a conducir la galaxia yihadista.

Los “estudiantes coránicos” suscribieron una suerte de “pacto de no agresión” con Estados Unidos.

Pero los militares afganos del ISIS-K -Islamic State Khorasan Province-, como demostraron los ataques en el aeropuerto de Kabul que provocaron muertos incluso entre los Marines estadounidenses, están bien decididos a seguir en su estrategia de terror, en concurrencia con Al Qaeda, histórica aliada de los talibanes.

En espera de comprender bien la evolución de la situación en Afganistán -y la presencia en el nuevo gobierno de buscados por terrorismo y veteranos de Guantánamo no presagia bien- lo ocurrido fue saludado con entusiasmo por los islámicos presentes en los países occidentales, donde células dormidas podrían ahora volver a ponerse en movimiento.

Pero, más allá de eventuales acciones coordinadas y estructuradas, lo que preocupa ahora es lo que la ministra Lamorgese definió como “lobos solitarios y personas particularmente frágiles”, expuestos a la propaganda yihadista bien decidida a celebrar “la expulsión de los infieles” de Afganistán y a lanzar campañas de proselitismo y reclutamiento.

Ciudadanos particulares, entre ellos también ciudadanos europeos de segunda y tercera generación, que podrían canalizar odio, frustraciones e incluso trastorno mental mediante acciones llamativas.

En estos años se vio que hace falta poco -un vehículo lanzado sobre la multitud, un cuchillo de cocina- para atacar.

En la web, la atención de los investigadores es constante, con el objetivo de interceptar a individuos en riesgo.

Parte de la estrategia de prevención consiste en expulsiones: el último caso fue el lunes, cuando fue repatriado un tunecino de 30 años señalado como una persona ligada al Estado Islámico, y que había partido de su país rumbo a Europa.

En 2021, las expulsiones por motivos de seguridad de la república fueron 41: desde 2015, se llevaron a cabo 561.

También se monitorea con atención la llegada de migrantes por vía marítima y por la ruta balcánica, en vista de una posible aumento masivo de la afluencia.

Finalmente, los ojos atentos sobre los “foreign fighters”: son 144 los que tuvieron alguna relación con Italia. De ellos, 11 volvieron, tres están detenidos y a ocho se los sigue constantemente. (ANSA).