Suspenden el partido de fútbol entre Brasil y Argentina por medidas sanitarias

Aunque la autoridad de salud brasileña, la Anvisa, sostiene que cuatro jugadores argentinos no guardaron la cuarentena a la que estaban obligados por haber estado en Reino Unido; la Selección Argentina afirma que no les dijeron que ellos no podían jugar el clásico y que existe una legislación propia de los torneos sudamericanos.

SAN PABLO, BRASIL, 5 SEP. 2021 — Menos de cinco minutos después de que las selecciones de Brasil y Argentina comenzaran su partido de las eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022, las autoridades sanitarias irrumpieron en la cancha del estadio Neo Química Arena de Sao Paulo. Aseguraban que cuatro jugadores de la Albiceleste no habían guardado cuarentena a pesar de que era un requisito para su ingreso a territorio brasileño.

La reacción del equipo visitante fue encerrarse en su vestuario y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) retiró a todo el cuerpo arbitral. En el campo, quedaron los jugadores de la Verdeamarela, los entrenadores de ambos equipos y el capitán argentino Lionel Messi discutiendo atónitos lo que estaba sucediendo.

Pocos minutos después, la Conmebol anunció la decisión final: el árbitro suspendió el partido.

Esta fue la consecuencia de una investigación que comenzó la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) un día antes del encuentro futbolístico. Según la autoridad sanitaria, cuatro jugadores argentinos entraron a Brasil declarando “supuestamente información falsa en un formulario oficial”, en el que habrían dicho que no habían estado en Reino Unido en los últimos 14 días.

La norma brasileña es que todo aquel que llegue al país y haya estado en las dos últimas semanas en suelo británico, en Sudáfrica o India, debe guardar una cuarentena obligatoria como medida de precaución ante el Covid-19.

A pesar de esta restricción, los futbolistas no anunciaron su estancia en Reino Unido e “ingresaron a Brasil incumpliendo las normas sanitarias”, según el comunicado que publicó Anvisa horas antes del partido. Si bien la entidad no publicó los nombres de los deportistas implicados, se ha conocido que se trata de Emiliano Martínez y Emiliano Buendía (jugadores del club inglés Aston Villa) y de Cristian Romero y Giovani Lo Celso (del Tottenham).

Todos ellos estuvieron la semana anterior con sus respectivos clubes en Londres antes de viajar a Suramérica para integrarse al seleccionado argentino, aunque llegaron a Brasil desde Venezuela, donde la Albiceleste se enfrentó a la Vinotinto.

Inicialmente, diferentes medios locales afirmaron que Anvisa y la Conmebol habían llegado a un acuerdo para que los jugadores pudieran enfrentar a la selección brasileña. Pero la autoridad sanitaria tiene otra versión. “Al constatar que la información brindada por los viajeros era falsa, Anvisa aclara que ya comunicó el hecho a la Policía Federal, para que se tomen de inmediato las medidas en el ámbito de la autoridad policial”, decía el comunicado publicado antes de la interrupción del juego.

Anvisa agregó que consideraba la situación como “un grave riesgo para la salud” y le sugirió a las autoridades sanitarias locales que impusieran una “cuarentena inmediata” para los jugadores en cuestión. Incluso, Anvisa dijo que ellos no podían “participar en ninguna actividad” y que se les debía “impedir estar en territorio brasileño”. En otras palabras, consideró que los cuatro argentinos debían ser deportados.

La versión de Anvisa es que le notificaron a la Selección Argentina que sus cuatro jugadores en cuestión debían permanecer en el hotel, pero que cuando enviaron a agentes de la Policía Federal para mirar si en efecto estaban cumpliendo la cuarentena, se encontraron con que los futbolistas habían salido para el estadio. Así lo explicó el presidente de Anvisa, Antonio Barra Torres, al canal Globo.

Y esa fue la gota que rebasó la vaso de la autoridad sanitaria, que procedió a interrumpir el clásico suramericano. “Fue la secuencia del incumplimiento de orientaciones y determinaciones. Cuando los fiscales y los agentes de la Policía fueron a verificar en el hotel, fueron informados que los jugadores habían salido y el resto de la historia ya ustedes la saben”, explicó Barra Torres.

Argentina se defiende diciendo que ha estado “cumpliendo al máximo” los protocolos

Pero la federación argentina cuenta una historia diferente. El técnico de la Selección, Lionel Scaloni, afirmó que nunca les dijeron que los cuatro jugadores no podían jugar; aunque en una rueda de prensa el sábado antes del partido sostuvo que “probablemente” haría algunos cambios en el equipo “pensando en la continuidad de los partidos”.

Por su parte, Claudio Tapia, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), enfatizó en que los jugadores no habían mentido. “Acá no se puede hablar de ninguna mentira porque hay una legislación sanitaria bajo la cual se juegan todos los torneos sudamericanos. Las autoridades sanitarias de cada país aprobaron un protocolo que venimos cumpliendo al máximo”, dijo según un tweet de la AFA.

Los jugadores de ambas selecciones se sorprendieron con la interrupción del partido y la gran pregunta que tenían giraba en torno al momento en el que las autoridades sanitarias decidieron actuar. “¿Por qué comenzaron el juego y lo pararon después de cinco minutos? (…) Llevamos una hora aquí en el estadio, podrían habernos dicho”, señaló Messi en una entrevista televisiva poco después de la suspensión del juego. 

Toda esta confusión se produce en medio del malestar en Suramérica por las reglas que han impedido que varios jugadores clave para sus selecciones jueguen las tres eliminatorias de la Copa del Mundo de este mes. Brasil, por ejemplo, no tiene a nueve de sus hombres.

Esto se debe a que algunos equipos europeos no le permitieron a sus jugadores viajar por la cantidad de tiempo que perderían con el club. Y es que a su regreso tendrían que entrar en una cuarentena de dos semanas antes de retomar los partidos de la liga.

France24, con EFE y Reuters