Biden promete más ataques contra el Estado Islámico y advierte de más atentados en Kabul

WHASHINGTON, ESTADOS UNIDOS, 29 AGTO. 2021 — El presidente de EE. UU., Joe Biden, prometió este sábado lanzar nuevos ataques contra la filial del autodenominado Estado Islámico en Afganistán (EI-Khorasar), en represalia por el mortífero atentado del pasado jueves en el aeropuerto de Kabul. Las declaraciones se produjeron horas después de que su Ejército bombardeara posiciones del EI. El mandatario también advirtió de nuevos ataques en la capital, citando a sus comandantes en el terreno.

La venganza de Estados Unidos contra el autodenominado Estado Islámico (EI) en Afganistán apenas comienza. Así lo señaló el presidente Joe Biden en las últimas horas, al asegurar que vendrán más bombardeos contra el grupo extremista, en respuesta al atentado del pasado 26 de agosto en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai, en Kabul. 

“Este ataque no fue el último. Continuaremos persiguiendo a cualquier persona involucrada en ese atroz ataque y haremos que pague”, aseguró Biden en referencia a los primeros bombardeos de represalia que lanzó su Ejército en la madrugada de este sábado contra posiciones de EI-Khorasan, la filial del grupo extremista en Afganistán, el cual reivindicó la autoría del atentado. 

Sería solo cuestión de horas para que los ataques aéreos de EE. UU. impacten de nuevo contra posiciones de los extremistas, según indicó Biden, quien, por otro lado, también advirtió de que sus servicios de inteligencia le informaron de un posible nuevo ataque de los extremistas en Kabul.

“Nuestros comandantes me informaron que es muy probable que se produzca un ataque en las próximas 24 a 36 horas. Les ordené que tomaran todas las medidas posibles para priorizar la protección de la fuerza”, indicó.

Según el Pentágono, los bombardeos de este 28 de agosto mataron a dos miembros de EI-Khorasan y además frustraron la planificación de nuevos actos terroristas en las inmediaciones del aeropuerto de la capital afgana, de acuerdo con una fuente citada por AP.

El portavoz del Pentágono, John Kirby, aseguró en una sesión informativa que “en una sola misión se lograron abatir dos objetivos y, a medida que las evaluaciones y la información fluyeron con el tiempo, pudimos reconocer que otro resultó herido”.

“Eran planificadores y facilitadores de ISIS-K y esa es una razón suficiente por sí sola. No hablaré sobre los detalles de estas personas y cuáles podrían ser sus roles específicos”, añadió Kirby.

La operación se desarrolló en una zona oriental de Afganistán controlada por el Estado Islámico. Estados Unidos informó que sí conocía quienes eran los fallecidos, aunque en ningún momento quiso revelarlo.

Biden autorizó el ataque con drones y este fue ordenado por el secretario de Defensa Lloyd Austin, según un funcionario de Defensa, que habló bajo condición de anonimato para proporcionar detalles que aún no se han anunciado públicamente.

El ataque fue orquestado desde fuera de Afganistán penetrando al país por vía aérea. La velocidad con la que actuó Estados Unidos responde a la necesidad de actuar lo antes posible, para evitar hacerlo una vez el país esté totalmente dominado por el grupo Talibán.

Este golpe se dio en medio de un caótico proceso de evacuación llevado a cabo por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN tras la toma de Kabul por parte de las fuerzas militares del grupo Talibán. Las tropas estadounidenses han logrado sacar de Afganistán a decenas de miles de sus ciudadanos y colaboradores afganos y ahora ultima las evacuaciones finales con el objetivo de salir del país asiático antes del 31 de agosto.

EE. UU. cree que el Estado Islámico prepara nuevos asaltos en su contra. La inteligencia estadounidense advirtió sobre el riesgo real de nuevas agresiones en los próximos días por parte del movimiento fundamentalista. Incluso, el viernes, la embajada de Estados Unidos en la capital afgana le pidió a sus ciudadanos evitar el camino hacia la terminal aérea por amenazas “creíbles” a la seguridad.

Las investigaciones sobre el atentado prosiguen

Los primeros informes de investigación sobre lo ocurrido en el aeropuerto de Kabul revelaron que finalmente fue un atentado y no dos, como indicaron las primeras fuentes. El segundo golpe en el hotel Baron resultó ser un error reconocido por el Pentágono.

Según una evaluación preliminar, los funcionarios estadounidenses creen que el chaleco suicida utilizado en el ataque, que mató al menos a 169 afganos y a 13 miembros del Ejército estadounidense, llevaba alrededor de 11 kilos de explosivos y estaba cargado de metralla para efectuar más daños.

Esto supondría una cantidad de explosivos bastante grande, ya que habitualmente, según fuentes consultadas por AP, los ataques suicidas llevan de 2 a 4,5 kilos. La situación de caos y desorden pudo favorecer que no se detectara nada.

Por su parte, el Talibán condenó el ataque de Estados Unidos en territorio afgano. En rueda de prensa anunció el próximo control total del aeropuerto y la creación de un gobierno completo para dirigir el país.

Estados Unidos comenzó ya a repatriar a sus tropas después de dos semanas de labores en el Aeropuerto de Kabul para retornar a los ciudadanos estadounidenses en el país. Todo parece indicar que los plazos tomados por Joe Biden sí podrán cumplirse a pesar de las evidentes dificultades por la amenaza terrorista.

Con AP y Reuters