BUENOS AIRES. TRES DE FEBRERO. BARRIO EL LIBERTADOR: vecinos buscan erradicar el vuelco de residuos en Miramar y El Gaucho y revalorizar la plaza

BARRIO EL LIBERTADOR, TRES DE FEBRERO, BUENOS AIRES, ARGENTINA, 20 MAY. 2021 (Mi Periódico) — Vecinos del barrio El Libertador vuelven a reclamar a las autoridades la erradicación del microbasural a cielo abierto del cruce de las calles Miramar y El Gaucho. También hablaron del abandono de la plaza. Hoy por la mañana lograron que la policía desalojara varios caballos que pastaban en el lugar con una advertencia para sus dueños.

Los daños a la salud humana que provocan los microbasurales pueden ser de diversa índole y diferente gravedad, según la incidencia de varios factores. Algunos de las recurrencias detectadas son problemas neurológicos, malformaciones congénitas, bajo peso al nacer, o enfermedades como dengue y cólera. El cáncer es otro tipo de enfermedad que se presenta en aquellas personas que habitan cerca de basurales.

“Acá vienen de todos lados a arrojar desperdicios, y nadie les dice nada. Y encima si salís a decirle que no arrojen basura te insultan y amenazan”, comentó una vecina del lugar.

“Reconocemos que la municipalidad retira los residuos. Pero eso no alcanza. Como tampoco alcanza con echarle la culpa a los demás. El problema es que el vuelco se volvió crónico y el microbasural sigue ahí, y las autoridades se deben hacer cargo del problema”, agregó.

“Cada vez más gente de otros barrios vienen a tirar basura acá. Evidentemente hay que implementar una política de erradicación, porque así el Estado nos está obligando a convivir con los desperdicios frente a nuestras casas. Y a soportar el humo de los incendios que manos anónimas provocan. Y eso no es justo”, dijo otro vecino.

El cruce de las calles Miramar y El Gaucho es uno de los blancos predilectos de los contraventores que atraídos por la falta de control y de mejoras estructurales del lugar vuelcan desperdicios a toda hora del día. Los victimarios están toman ventaja de la debilidad del Estado para enfrentar el problema.

“Los patrulleros pasan, aseguró otro vecino, que prefirió el anonimato, al igual que los demás, por temor a represalias, pero el tema es que muchas veces tienen que tratar otros temas y no dan abasto”.

La política municipal está orientada solamente a retirar los residuos de tanto en tanto. Pero la falta de políticas de concientización; de mejoramiento físico del lugar, la falta de retiro diarios de los desperdicios, junto a los bajísimos niveles de control les dan la oportunidad a los victimarios que en ese punto crítico, y en otros, puedan seguir violando la ley sin riesgo a sufrir las consecuencias.

El desplazamiento geográfico del desorden sólo ocurre cuando la prevención bloquea las oportunidades en el área afectada, y obliga a los victimarios –contraventores, en este caso- a moverse a otras áreas para ofender.

Quizá haya una debilidad en el análisis, si es que existe, de la situación por parte de las autoridades frente a la reiteración de hechos que suceden todos los días y en el mismo lugar.

Esperar a que se cometa el desorden para correr detrás de los contraventores es demasiado tarde, tan tarde que sería como si intentáramos detener a los caballos (si se tiene suerte) cuando éstos se escapan del corral por enésima ocasión en lugar de aprender como mantener cerrada la puerta del establo. Es como si, al estrellarse una aeronave, nos contentáramos, nosotros mismos, con buscar a quién echarle la culpa en lugar de aprender del accidente y, corrigiendo los errores, cambiáramos los procedimientos o corrigiéramos los diseños.

Revalorizar la plaza del barrio que hoy está cedida al abandono

Cuidar, multiplicar y revalorizar las plazas de la ciudad no es una responsabilidad de unos pocos sino de todos los vecinos.

Cuando se piensa en las plazas de los barrios, aparece como reminiscencia una foto de chicos jugando en las hamacas, trepadores y subibajas coloridos; sombras de árboles y bancos de cemento para sentarse a tomar mate al resguardo del sol; la gente llegando desde sus casas a respirar aire fresco.

Esta imagen choca con la realidad. La plaza del barrio El Libertador permanece vacía porque los vecinos no se animan a visitarla. Temen ser picados por algún bicho en medio de los yuyos, sufrir cortaduras en los juegos herrumbrados o están descontentos por el estado de abandono.

Incluso hoy por la mañana personal de la Comisaría Tres de Febrero 11° -Remedios de Escalada- pudo desalojar a varios caballos que estaban pastando en el lugar, con una advertencia para los dueños. El descuido de la plaza es evidente.

Si el espacio público está abandonado, no hay lugar de encuentro, no hay barrio y al final existen los mismos problemas; vecinos que no se conocen, que no se hablan, no se generan lazos y al no generarse lazos no hay conexiones que ayudan a desarrollar como un área comunitaria.

La esencia del espacio público es que es de todos. Y el de todos es que es un lugar que tiene que convocar a todos los que viven en el barrio. AMPLIAREMOS