El hambre azota a 155 millones de personas

Shock económico del Covid-19 golpeó a la crisis alimentaria

5 MAY, 2021 — El impacto económico del Covid-19 durante 2020 asestó el enésimo golpe al flagelo de la crisis alimentaria mundial, que ahora representa la segunda causa después de las guerras y pasa por alto los eventos climáticos extremos.

Un “riesgo de inseguridad alimentaria aguda a niveles críticos o peores”, que marcó un récord en 5 años y al que fueron expuestos al menos 155 millones de personas en 55 países/territorios, una tendencia en crecimiento de 20 millones respecto del informe del año precedente.

Esta es la fotografía tomada por el informe anual publicado por la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias (GNAFC), una alianza entre agencias de Naciones Unidas, la Unión Europea (UE), organismos gubernamentales y ONG’s.

Según el reporte, la inseguridad alimentaria aguda continuó “inexorablemente aumentando desde 2017, año en el cual fue publicada la primera edición del informe”.

Además, emerge que las personas en emergencia de alimentos en 2020, unas 133.000 han experimentado el más grave nivel de inseguridad alimentaria aguda, clasificado como “catástrofe”, en Burkina Faso, Sudán del Sur y Yemen.

Siempre en 2020 al menos otros 28 millones de personas afrontaron un nivel de inseguridad alimentaria aguda clasificado como “emergencia”, muy próximo a la muerte por hambre.

Asimismo, en los 55 países/territorios azotados por la crisis alimentaria examinados en el informe, otros 75 millones de niños de edad inferior a los 5 años presentaban en 220 retrasos en el crecimiento, mientras más de 15 millones mostraban signos de desnutrición.

Según Antonio Guterres, secretario general de la ONU, “el hambre y las guerras se alimentan recíprocamente” y “para resolver uno debemos solucionar contemporáneamente también el otro”. Para Guterres “la lucha contra el hambre es el fundamento de la estabilidad y de la paz” y por ello reafirma que “juntos podemos poner fin al hambre”. En particular, según la documentación, los conflictos son la causa por excelencia que arrojó a 100 millones de personas en las garras de la inseguridad alimentaria aguda, un dato en crecimiento respecto a los 77 millones de 2019.

Los shocks económicos, a menudo consecuentes con la pandemia Covid-19, instituyeron los eventos meteorológicos como segunda causa de inseguridad alimentaria aguda en términos tanto del número de individuos afectados como de países azotados, más de 40 millones de personas en 17 países/territorios respecto a los 24 millones y a los 8 países de 2019, los eventos meteorológicos extremos, 15 millones de personas, en baja respecto a los precedentes 34 millones.

Acerca de las perspectivas del año en curso, del informe emerge que también “para 2021 las señales no son buenas”.

“Podemos ya ver que será un año difícil”, explicó Dominique Burgeon, director de la división Emergencia y Resiliencia de la FAO.

Si en 2021 se prevé que los conflictos sean la principal causa determinante de las crisis alimentarias, en las economías frágiles la pandemia Covid-19 y las medidas de contención a ella relacionada, así como los eventos meteorológicos extremos, continuarán a agravar la inseguridad alimentaria aguda.

Las organizaciones fundadoras de la Red Mundial -UE, FAO y el Programa Alimentario Mundial- en una declaración conjunta emitida, de común acuerdo con la USAID, al margen de la publicación del informe reiteró: “la pandemia Covid-19 reveló la fragilidad del sistema alimentario mundial y la necesidad de crear sistemas más igualitarios, sustentables y resilientes para garantizar una alimentación regular y nutritiva a 8.500 millones de personas en 2030”.

Respecto a las intervenciones y las posibles soluciones no tienen dudas: “si se quieren conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible es indispensable transformar en una manera radical nuestros sistemas agroalimentarios”. (ANSA).