Myanmar: nueva jornada de manifestaciones tras la detención y muerte de un opositor

Mientras el régimen de la junta militar birmana aumenta la represión, miles de manifestantes han prometido una alta participación en concentraciones este domingo.

MYANMAR, 7 MAR 2021 – Mientras el régimen de la junta militar birmana aumenta la represión, miles de manifestantes han prometido una alta participación en concentraciones este domingo.

Las fuerzas militares llevaron a cabo redadas nocturnas en distintas partes de Rangún, que se saldaron con la detención de varios miembros del partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia. Uno de ellos, Khin Maung Latt, falleció bajo custodia policial.

El caos y la represión siguen reinando en Myanmar. Este domingo, miles de manifestantes volvieron a salir a las calles de distintas ciudades del país, como Mandalay y Rangún, para pedir la renuncia de la junta militar y la vuelta a la democracia en el país asiático.

Tras una redada nocturna que se saldó con la detención de varios miembros de la Liga Nacional para la Democracia (LND) –el partido político de la líder civil encarcelada, Aung San Suu Kyi– el pueblo birmano volvió a las calles y veló a los muertos que han dejado los enfrentamientos con la policía.

Fuentes del LND, informaron este domingo a través de Facebook que uno de sus representantes en Rangún, Khin Maung Latt, falleció tras ser detenido el sábado por la noche por policías y soldados. Ko Si Thu Maung, diputado del mismo partido, aseguró que el político fue torturado en su celda antes de morir.

En Bagan, ciudad conocida por sus antiguos templos budistas, la policía cargó con crudeza contra los manifestantes. Tras abrir fuego contra los protestantes, un hombre resultó herido de gravedad por un disparo en la mandíbula y una mujer recibió el impacto de una bala de goma en la pierna.

Según Naciones Unidas, al menos 54 personas han muerto y más de 1.700 han sido detenidas desde el inicio de las protestas a raíz del golpe de Estado militar del 1 de febrero. Por este motivo, durante la jornada del domingo también se celebraron funerales en memoria de los que ya no están.

Según el medio oficialista “Global New Light of Myanmar”, las autoridades desenterraron el cadáver de Kyal Sin, una manifestante fallecida el pasado miércoles, y concluyeron tras realizar una autopsia que había muerto por un disparo que no era de la policía o el Ejército. La joven se ha convertido en un símbolo de resistencia.

Durante las ceremonias en Rangún, algunos alzaban el brazo con el símbolo de los tres dedos –inspirado en la saga de “Los juegos del hambre”–, y familiares y amigos se despedían de víctimas como Htet Aung, de 19 años, y Min Oo, de 21.

Concentración en la sede de Naciones Unidas en Bangkok

En este contexto, miles de birmanos radicados en Tailandia se reunieron frente a la sede de Naciones Unidas para pedir que se intervenga contra el golpe militar. Existe una fuerte diáspora de población birmana que se ha trasladado al país vecino, huyendo del régimen de Myanmar.

Exigen los mismo que la población civil que vive en Myanmar: la dimisión del Gobierno de facto y el cese inmediato de la violencia contra los manifestantes.

“Si no conseguimos la democracia, lucharemos todos los días, todas las noches y todos los domingos vendremos a luchar. Democracia es lo que pedimos”, aseguró una de las manifestantes con una bandera de Myanmar frente a la sede de Naciones Unidas.

Los seguidores de Aung San Suu Kyi llevan pidiendo desde el inicio de las protestas la intervención internacional para detener a la junta militar. Pero, a pesar de que se han impuesto sanciones desde varios países contra figuras militares, de momento no se ha efectuado ninguna intervención directa.

¿Nuevas sanciones internacionales?

Mientras los militares birmanos hacen oídos sordos a los reclamos del pueblo, la comunidad internacional sigue dividida sobre la respuesta que deberían dar al golpe. El viernes, el Consejo de Seguridad de la ONU no consiguió acordar una declaración conjunta y las negociaciones seguirán la próxima semana.

Países como Estados Unidos y la Unión Europea han anunciado sanciones contra los militares, pero los observadores de la situación en Myanmar instan a ir un paso más allá y anunciar un embargo internacional. Una medida que necesitaría consenso en el Consejo de Seguridad.  

Otras naciones como Rusia y China, aliados históricos del ejército birmano, se niegan a referirse a la situación de Myanmar como “golpe” y no contemplan implantar sanciones.

Paralelamente, en suelo nacional siguen haciendo frente a la junta militar. En Rangún los manifestantes construyen barricadas a modo de defensa y cada vez están más organizados: se puede ver a gente pasándose sacos de arena para construir barreras de protección. Y, a pesar de los periódicos cortes de internet, la población se sigue organizando.

“Si llamamos a la desobediencia civil y a la huelga sin salir a la calle, no es suficiente. Debemos mantener nuestra lucha al más alto nivel. Estamos dispuestos a morir”, dijo Maung Saungkha, un activista y líder de las protestas.

Una alianza de nueve sindicatos convocó a una huelga general a nivel nacional a partir del lunes. Llaman a paralizar la economía del país como una nueva medida de presión contra la junta militar. 

France24, con EFE, AFP y Reuters