EE. UU. acusa a Mohamed bin Salman de “aprobar” el asesinato de Jamal Khashoggi

El periodista saudita radicado en Estados Unidos fue asesinado y desaparecido en el consulado de su país en Estambul, Turquía, el 2 de octubre de 2018. Desde entonces, múltiples teorías apuntaban al príncipe Mohamed bin Salman. Ahora la inteligencia de Estados Unidos señala directamente al heredero al trono en un informe desclasificado. Riad rechazó “totalmente” la versión.

EE. UU., 26 FEB 2021 – El periodista saudita radicado en Estados Unidos fue asesinado y desaparecido en el consulado de su país en Estambul, Turquía, el 2 de octubre de 2018. Desde entonces, múltiples teorías apuntaban al príncipe Mohamed bin Salman. Ahora la inteligencia de Estados Unidos señala directamente al heredero al trono en un informe desclasificado. Riad rechazó “totalmente” la versión.

La inteligencia de Estados Unidos desclasificó este 26 de febrero un esperado informe en el que señala que el heredero a la corona de Arabia Saudita, el príncipe Mohamed bin Salman, aprobó una operación para “matar o capturar” al periodista Jamal Khashoggi, un reconocido crítico del reino.

Khashoggi, radicado en Estados Unidos y colaborador del diario ‘The Washington Post’, entró el 2 de octubre de 2018 al consulado de su país en Estambul, Turquía, para tramitar unos documentos que necesitaba para casarse con su prometida, pero nunca salió del recinto.

Desde entonces, Turquía, Naciones Unidas y otros actores internacionales han presionado a la corona para que ofrezca respuestas concretas sobre el asesinato y desaparición del periodista. Riad ha negado cualquier participación oficial en el crimen a pesar de las numerosas pruebas en su contra.

“Evaluamos que el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, aprobó una operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudita Jamal Khashoggi”, dice la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos en el informe.

La agencia de inteligencia basa su afirmación en la lógica de toma de decisiones de la corona saudita. Además, el crimen involucró a un asesor clave del príncipe y la agencia tuvo como referente “su apoyo para usar medidas violentas para silenciar a disidentes en el exterior, incluyendo a Khashoggi”, añade el reporte.

“Desde 2017, el príncipe ha tenido un control absoluto de la seguridad del reino y de las organizaciones de inteligencia, lo cual hace altamente improbable que funcionarios sauditas hubieran adelantado una operación de esta naturaleza sin la autorización del príncipe de la corona”, dice el informe.

En respuesta, el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita rechazó “categóricamente” el informe publicado por la agencia de inteligencia de Estados Unidos. Según el funcionario, en el país hallaron a los responsables, los procesaron, los condenaron y los hijos del periodista se declararon satisfechos con la sentencia.

La versión de la inteligencia estadounidense tiene fondo. En junio de 2019, Agnes Callamard, la relatora especial de las Naciones Unidas para ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, pidió una investigación formal contra el príncipe de la corona saudita por motivos similares. La investigadora rechazó el proceso judicial que se ha adelantado en el país porque este no ha tenido en cuenta la cadena de mando y las incitaciones que podrían haber venido desde la cúpula del poder en el reino.

Ese mismo año, a pocos días del primer aniversario del asesinato, el príncipe heredero dijo que se hacía responsable por el crimen. “Ocurrió bajo mi supervisión”, dijo Bin Salman, pero negó tener conocimiento de la planeación o haberlo ordenado.

La ONU pide Justicia en el caso Khashoggi

Luego de que se hiciera público el informe de inteligencia de Estados Unidos, la relatora especial se pronunció en sus redes sociales para hacer un llamado a la Justicia.

“Con la publicación del reporte estadounidense, confirmando la culpabilidad de funcionarios sauditas del más alto nivel, Estados Unidos debería ahora tomar el liderazgo para asegurar las responsabilidades por este crimen y para poner en su lugar los mecanismos internacionales para prevenir y castigar actos como este en el futuro”, dijo Callamard.

La relatora pidió sanciones para el príncipe y añadió que “desterrar a los responsables de ordenar la ejecución de Jamal Khashoggi del escenario internacional es un paso importante hacia la justicia”. Para Callamard, un castigo político ejemplar sería “la clave para enviar el mensaje más fuerte posible a los posibles perpetradores en todo el mundo”. Pero la administración Biden ya señaló que no habrá sanciones directas al príncipe Salman.

Al desclasificar este reporte, el presidente Joe Biden reversa una decisión de su predecesor, Donald Trump, que desafiaba una ley de 2019. Los analistas indican que con esta medida Estados Unidos busca cuestionar al reino en asuntos que van desde las violaciones a los derechos humanos hasta la guerra en Yemen… pero no habrá una ruptura definitiva.

Biden se cuida de mantener los lazos con Arabia Saudita

El secretario de Estado Antony Blinken publicó una lista de 76 personas de Arabia Saudita a quienes se les vetará el ingreso a territorio estadounidense y dijo que no tolerarán a aquellos que amenacen o ataquen a activistas, disidentes o periodistas en beneficio de gobiernos extranjeros. Pero ninguna de estas sanciones apunta directamente al príncipe Mohamed bin Salman.

El Gobierno estadounidense debe cuidar las relaciones con uno de sus principales aliados en la región. De la mano de Arabia Saudita, Estados Unidos trata de combatir el extremismo islámico, busca mejorar la relación de este país con Israel y al tiempo trata de revivir el Acuerdo nuclear con Irán, antagonista de los sauditas en Medio Oriente.

El secretario Blinken anunció el “Veto Khashoggi”, como una restricción a las visas de “individuos que, actuando en beneficio de un gobierno extranjero, se cree que han estado directamente involucrados en serias actividades extraterritoriales de contra-disidencia”.

Un alto funcionario estadounidense dijo a Reuters en condición de anonimato que esta aproximación busca establecer un nuevo punto de partida en la relación con el reino sin romper una alianza central en Medio Oriente. “El propósito es recalibrar”, dijo el funcionario, “no una ruptura”.

La decisión mixta del Gobierno estadounidense será insuficiente para los investigadores internacionales como Callamard en la ONU, o los fiscales en Turquía, que desde los primeros días develaron los crudos detalles del crimen contra el periodista Jamal Khashoggi y han exigido medidas verticales contra el reino.

Tortura, asesinato y desaparición, los crudos detalles del asesinato de Khashoggi

* (A partir de este punto se incluye información sensible sobre el crimen)

Las autoridades turcas y la comunidad internacional empezaron a ejercer presión a pocos días del crimen para que la Corona permitiera el ingreso de investigadores independientes al consulado saudita en Estambul. El 31 de octubre de 2018, menos de un mes después de ocurrido el crimen, la Fiscalía en Turquía publicó detalles de lo que habían encontrado a partir de la evidencia disponible y de sus reuniones con los investigadores sauditas.

“Jamal Khashoggi fue asesinado mediante estrangulamiento, de forma planificada, inmediatamente después de entrar el 2 de octubre de 2018 en el consulado de Arabia Saudita en Estambul para recoger unos documentos relativos a su matrimonio”, dijo en su momento el ente investigador turco. Las autoridades en Turquía insistieron a sus pares responder tres preguntas sobre el paradero del cuerpo de Khashoggi, qué indicios tenían sobre la orden de asesinarlo y quién había sido el enlace en Turquía para perpetrar el crimen.

“El cuerpo de Jamal Khashoggi fue eliminado mediante descuartizamiento, también de forma planificada, después de que se le hubiera matado por estrangulamiento”, detalla el comunicado.

Según la Fiscalía turca, los enviados de Riad nunca contestaron a sus interrogantes. Y hasta hoy, el cuerpo de Jamal Khashoggi no ha sido encontrado.

En julio de 2020 inició en Turquía el juicio contra 20 ciudadanos sauditas por su participación en el crimen contra el periodista. Entre ellos, la Fiscalía imputó cargos a dos altos funcionarios: el general Ahmad Asiri, quien en el momento del crimen era subdirector de los servicios secretos saudíes y el exasesor de la Corte Real Saud al-Qahtani, muy cercano al príncipe Salman.

En paralelo, Hatice Cengiz, la exprometida del periodista, calificó como una “farsa” el proceso judicial en Arabia Saudita que inicialmente condenó a muerte a algunos involucrados, luego les conmutó las penas a cinco y redujo las penas de todos los investigados. Saud al-Qahtani y Ahmad Asiri resultaron absueltos. En mayo de 2020, durante el mes de Ramadán, los hijos del periodista, que rechazan la vocería de Cengiz alrededor de su padre y son cercanos a la corona, dijeron que perdonaban a los responsables de la muerte de su padre.

La falta de transparencia del proceso en Arabia Saudita, la ausencia de condenas ejemplares y las pocas respuestas sobre los móviles y altos responsables del crimen tras más de dos años ha alentado la desconfianza internacional sobre el proceso de justicia dentro del país. Ahora que Estados Unidos publica un informe que apunta directamente al príncipe Mohamed bin Salman, la corona respondió con rechazo.

France24, con Reuters