El misterio de los agrodólares que se perdieron en algún camino, pero no rural

Desde 2002, los principales granos y sus subproductos llevan aportados cerca de 100.000 millones de dólares por retenciones. Mientras tanto, la producción sigue empantanada en rutas de tierra.

El misterio de los agrodólares que se perdieron en algún camino, pero no rural

ARGENTINA, 7 FEB 2021. Por Favio Ré (La Voz).- La Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) dio a conocer el lunes pasado su primer informe de recaudación de 2021. El dato excluyente de enero fue un alza del 231,2 por ciento en el dinero generado por los derechos de exportación, debido al fuerte crecimiento de los precios de los granos en las últimas semanas. 

También, gracias al paro que hubo en los puertos agroexportadores en diciembre, muchas declaraciones juradas de comercio exterior se hicieron efectivas en el primer mes de este año. 

Como fuere, aun si se “deflacta” este efecto, está claro que las retenciones volvieron a potenciarse durante el actual Gobierno como unas de las principales fuentes que vuelcan recursos a las arcas fiscales. El nuevo boom de las commodities le reportó a la Afip uno de cada diez pesos recaudados en enero; sólo IVA, Ganancias y Contribuciones Patronales generaron más ingresos.

Ese mismo lunes en que Afip difundió estos datos, las principales zonas productivas de Córdoba y de Santa Fe veían cómo finalizaba una sorpresiva tanda de lluvias que trajo alivio a los suelos y a los cultivos, en medio de un año Niña. 

Pero también derivó en los clásicos problemas de anegamientos y destrucción de los caminos rurales por los que salen no sólo la producción de granos sino también la leche y los animales que se transforman en los alimentos que se sirven todos los días en la mesa de los argentinos.

Y son, en la gran mayoría de los casos, las mismas redes secundarias y terciarias que había ya en la década de 1990, cuando la producción nacional de soja promedió las 14 millones de toneladas, y la de maíz, 13 millones, de acuerdo con las estadísticas oficiales del Ministerio de Agricultura de la Nación. 

Cambios

En los últimos 10 años, la oleaginosa tuvo una media de 51 millones por campaña, y el cereal, de 40 millones. Es decir, más del triple de toneladas que hace 20 años, lo que requiere para su traslado hacia los acopios y puertos dos millones más viajes en camión, que circulan, de nuevo, por los mismos caminos. 

Y eso sin contar los que movilizan los más de 10 mil millones de litros que producen por año los tambos y las 14 millones de cabezas bovinas que se faenaron en los frigoríficos el año pasado. 

Otro dato comparativo: los productos primarios y las manufacturas de origen agroindustrial entre 1991 y 2000 generaron una media anual de casi 12 mil millones de dólares por exportaciones, según cifras del Indec. Ese valor también creció a más del triple: 41 mil millones por año entre 2011 y 2020.

En otras palabras, el agro vio cómo generó mucho más ingresos, pero también se disparó la cantidad de fondos que fueron a engrosar un gasto público que le devolvió poco y nada. 

En la década de 1990, las retenciones desaparecieron; luego fueron repuestas en 2002. Desde ese entonces hasta hoy, según el economista Gonzalo Agusto, de la Bolsa de Cereales de Córdoba, sólo la soja y sus subproductos, el maíz y el trigo han reportado cerca de 100 mil millones de dólares. Traducido: hace 18 años que el campo le entrega 15 millones de dólares por día al Estado sólo por este concepto.

Obras

En el medio, el Estado de Córdoba tuvo una buena idea: crear un programa de mejoramiento de caminos rurales con el que se están haciendo numerosas obras para facilitar el tránsito de los productos agropecuarios. Pero tiene como particularidad que es un sistema de contribución por mejoras en que parte de los recursos los siguen aportando los propios productores, los mismos que resignan millones de dólares cada año por retenciones. 

Uno de los últimos proyectos anunciados es el del camino que pasa por el frente del único frigorífico exportador de Córdoba, en Río Segundo, y lo comunica con la autopista de la ruta 9. Hace décadas abandonado, ahora se lo refuncionalizará con una inversión de alrededor de 30 millones de pesos, o 200.000 dólares a valores de hoy. 

Este año, Agusto calcula que las retenciones aportarán más de 8.000 millones de dólares. Equivalen a 915 mil dólares por hora. En conclusión, ese camino al que hace más de 30 años no le tapan siquiera un bache va a quedar como nuevo con apenas 13 minutos de retenciones. 

La pregunta que se hacen los productores, en definitiva, es por qué caminos se perdió este diluvio verde: por los rurales, seguro que no.