Al menos tres muertos y un desaparecido en una fuerte explosión en Madrid que ha destrozado un edificio en la calle Toledo

El alcalde asegura que la explosión se ha debido a un escape de gas mientras el Arzobispado confirma que se estaba reparando la caldera

Las últimas plantas de un edificio de hormigón y ladrillo, situado en la calle Toledo, han quedado reducidas a escombros, con la estructura al descubierto.

MADRID, ESPAÑA, 20 ENE 2021 – Una explosión en Madrid ha sacudido minutos antes de las tres de la tarde la zona de la Puerta de Toledo. Las últimas plantas de un edificio de hormigón y ladrillo, situado en la calle Toledo, han quedado reducidas a escombros, con la estructura al descubierto.

La explosión, que se ha sentido en varios kilómetros a la redonda, ha afectado completamente a la fachada de la finca situada en el número 98 de esa calle, junto a la iglesia de la Paloma, en el distrito de Latina. El inmueble afectado se encuentra precisamente en la trasera de esa iglesia y en sus plantas superiores se usaba como residencia para los sacerdotes.

El delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, José Manuel Franco, ha asegurado poco antes de las cinco de la tarde que hay tres muertos y un desaparecido. Eleva así el balance provisional hecho anteriormente por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien había hablado de al menos dos muertos. En torno a las cinco y media, el propio Almeida ratificaba ese tercer fallecido que, según ha dicho, “se encontraría bajo los escombros”.

Emergencias Madrid ha confirmado que la mujer muerta tenía 85 años e iba caminando por la calle. Uno de los fallecidos es un feligrés que estaba ayudando en la reparación de la caldera. La persona desaparecida es, según José Manuel Franco, el trabajador que llevaba a cabo esa reparación y todavía se trata de confirmar la identidad del tercer fallecido.

La explosión ha causado además un número todavía indeterminado de heridos. Un varón ha sido trasladado al Hospital de La Paz. Tiene 26 años y su pronóstico está entre moderado y grave porque sufre una fractura tobillo y trauma lumbar. Otro varón de 53 años, con lesiones leves, ha sido ingresado en el Hospital Ramón y Cajal. Y un tercer varón presenta una fractura en una pierna, de la que ha sido atendido en el Hospital Clínico. Por último, dos agentes de Policía con heridas leves han sido evacuados a la Clínica Nuestra Señora de América. En el lugar de la tragedia, dos puestos sanitarios avanzados prestan atención a varias personas que han sufrido lesiones leves, pequeñas heridas y crisis de ansiedad.

Fuentes del Arzobispado han confirmado que la explosión se produjo mientras se reparaba la caldera. De acuerdo con sus datos, dos de los sacerdotes se encuentran bien y un tercero es uno de los heridos. Estas fuentes discrepan de lo explicado por el delegado del Gobierno en que dan por desaparecido -y no por muerto- al feligrés vinculado a esa residencia para sacerdotes.

Junto al inmueble destrozado se halla además la residencia de ancianos Los Nogales La Paloma y el colegio La Salle La Paloma, cuyo patio se encontraba vacío debido a la nieve que cubre el suelo. Fuentes de la residencia aseguran que todos los usuarios se encuentran bien, aunque han sido desalojados a la espera de que les asigne un lugar donde puedan pasar el tiempo necesario hasta que se examinen los daños, según informa Sara Polo. Tampoco hay víctimas en el colegio, según ha compartido en su cuenta de Twitter el centro educativo.

Desde el lugar de los hechos, José Luis Martínez-Almeida también ha confirmado que la causa de la tragedia es una explosión de gas y posteriormente el edificio se ha incendiado por dentro. Los Bomberos del Ayuntamiento, según ha explicado el primer edil, no han entrado porque se podría producir un embalsamiento de gas que ocasionara el derrumbe de todo el inmueble. Su intención sería provocar, más adelante, un derrumbamiento controlado. Numerosos cascotes han caído a la calle Toledo, donde hay numerosos vehículos afectados.

Numerosos efectivos de Policía Nacional y de Emergencias se encuentran todavía en la zona, que ha sido acordonada y desde la que se está atendiendo y evacuando tanto a los viandantes como a los vecinos. A todos ellos les ha pedido la Policía que se retiren de las inmediaciones porque podrían producirse nuevos explosiones o derrumbamientos.

“HA SIDO BRUTAL, NOS HEMOS GIRADO Y EL EDIFICIO ESTABA DESTROZADO”

“Ha sido brutal, estaba cruzando el semáforo de enfrente y hemos oído una explosión increíble, nos hemos girado y el edificio ya estaba destrozado”, cuenta a Efe Lucía Higuera, una de las testigos de la explosión. “Lo hemos visto, nos hemos quedado todos parados porque no sabíamos qué estaba pasando, no sabíamos si era una explosión o un atentado”, dice esta médico que se ha quedado asistiendo a algunos heridos y varias personas con ataques de ansiedad hasta que llegaron los servicios de emergencias.

A apenas cien metros del suceso hay un parque de bomberos, quienes de inmediato, según cuenta esta testigo, se desplazaron al lugar de la explosión y comenzaron a apartar a la gente que estaba en los alrededores. “Han venido enseguida y me he acercado porque he pensado que ahí iba a haber muertos, les he dicho que era médico pero no me han dejado entrar al edificio por miedo al derrumbe, así es que me he quedado con la gente que había fuera”, rememora aún nerviosa por el acontecimiento.

Momentos después dio el aviso a los servicios sanitarios y vio como empezaban a llegar varios coches de Policía. Ha permanecido varios minutos asistiendo a heridos leves mientras los servicios de urgencia “empezaban a trasladar a heridos de dentro que tenían bastantes heridas”.

“Me han pedido que me quedaran hasta que la Policía nos han empezado a echar a todos”, recuerda una hora después del estruendo ya desde casa, donde ha empezado a darse cuenta de lo que había pasado: “Cuando estás ahí, como médico, tienes el instinto de entrar, todo ha sido muy rápido”.

Thomas Holbach estaba en casa cuando ha escuchado un estruendo “fortísimo” de “menos de un segundo” y después las ventanas “han empezado a temblar”. Segundos después, todos los vecinos estaban asomados a las ventanas buscando una respuesta al sonido, en medio de la incredulidad.

“Ha sido una locura, todos hemos salido de inmediato a ver qué pasaba”, cuenta este vecino cuyo domicilio se encuentra a apenas 350 metros del edificio que sufrió la explosión, quien confirma que al menos en su edificio no han sentido ningún onda expansiva.

“Ha sido un golpe seco, muy grande, no ha durado nada, luego un pequeño terremoto y he pensado que algo grande había pasado”, dice aún con el miedo en el cuerpo.

Con información del diario El Mundo